Pupil

4K 217 129
                                    

   La primera vez que vi a Isabelle, supe que el futuro sería desastroso. Desde que vi sus ojos, su carita de ángel y su pequeño cuerpo, sabía que ella haría un lío mi vida.

   Isabelle siempre fue una rebelde «cuando yo estaba cerca». En poco tiempo pasamos cosas, como película, de perder la memoria hasta embarazar a su querida mejor amiga y el final, la muerte llevándosela a ella. Dejándonos a los dos vacíos, ciertamente lo que siempre nos unió y nos separó fue Hannah.

   Las emociones no daban para más, mis emociones la verdad, tan si quiera eran suficientes para mis dos hijos. Pero que va, ahora si sería suficiente que Isabelle decidió irse, o eso ella cree.

   ¿Como podría dejarme?

   ¿Acaso cree que todo esto fue para nada?

—Isabelle, quédate conmigo, por favor—dije en un pequeño sollozo.

—No puedo quedarme, es suficiente. ¿No crees que es suficiente ya? ¿Tanto dolor? Me has matado poco a poco, ya no encuentro nada hermoso en mi, lo has desechado a la basura—Isabelle gritaba, halaba su cabello estallando.

—Isabelle yo te necesito, no importa qué, aunque no lo demuestre siempre te he necesitado. Nadie me a hecho más feliz que tu. Nadie me a hecho sentir más mediocre que tu, nadie me a hecho superarme, solamente tu. Siempre has sido tu la razón, tu llegaste y diste un giro en mi. Estoy aquí vivo y es por ti—abrazaba su cintura fuerte, quería que sintiera lo que dije, era simplemente pura verdad.

—Estás enfermo...—dijo ella bajo su llanto.

—Entonces, como pretendes dejarme solo...

—Estás enfermo porque me necesitas, no me necesites ya,  he estado a tu lado tiempo y ahora te das cuenta que existo, he esperado que me dijeras esto tanto tiempo y solo me lo dices cuando me pierdes, me has perdido no hay vuelta atrás—sus manos esta vez estaban agarrando mi cara, mirándome a los ojos, decía la verdad.

   Yo la había perdido hace mucho.

   Yo sentí como un bosque se empezó a incendiar en mi cuerpo.

   Isabelle era mía. Era mi vida, ¿como pude perder lo más hermosa que alguna vez tuve en mis manos?

   ¿Como perdí a alguien que me tocaba porque quería protegerme?

   ¿Como perdí a alguien que me veía como un ángel aunque en realidad era un demonio?

   ¿Como perdí a quién alguna vez hizo que mis ojos no fueran tan oscuros y los hizo brillar con una sonrisa?

   No lo sé, pero lo había hecho.

   Esta historia no es un cuento de hadas, siempre fue de puro terror. Perder a Isabelle me daba terror, estaría perdido.

   Me tiré en el suelo, abrazando mis piernas. Isabelle hizo lo mismo. Sus manos buscaron las mías, y escuche como dijo «nunca te olvidaré» bien bajito.

   Subí mi cabeza y busqué sus labios. Cuando nuestras bocas se tocaron, después de tanto tiempo, fue como la primera vez.

   Su piel se puso de gallina, igual la mía. Mis manos pasaron de su cuello a sus muslos, sobándolos y esperando que me diera paso a su entrada.

   Isabelle gemía en mis labios, mordiéndome mientras halaba suavemente mi cabello, ansiosa.

   Me dio paso a entrada, sentía como el calentón se acercaba cada vez más. No tenía ropa interior debajo de su camisa grande. Isabelle ya estaba mojada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 29, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

I don't know you » Evan PetersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora