Mess

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    Cuando cerré la puerta tras de mi dejé mi corazón allí. ¿Como pude tomar esta decisión? ¿Puedo? ¿De verdad puedo dejarlos atrás? ¿Puedo soltarlos? ¿Puedo dejar atrás a Violet y Tate?

   ¿Puedo dejar ir a un amor?

    No es posible. Es imposible olvidarlos, será imposible poder sobrevivir sin llorar y querer regresar aquí. Será difícil superar que los estoy dejando solos, que no tendrán una figura materna... así como me paso a mi.

    Escuche la puerta abrirse poco a poco. Yo estaba enredada entre mis sabanas, las lagrimas caían suaves por mis mejillas. Sentí como se recostó a mi lado, se adentró a mi lío, sujeto mi cintura y la apego a la suya.

    Se sentía frío, ¿o era yo la que estaba fría?

    Sus manos buscaron las mías y sus dedos se entrelazaron con los míos. Su respiración era rápida y en mi espalda podía sentir su corazón latiendo rápido.

    Esta era la despedida.

    Estoy segura que aunque el ya no me ame, igual sigue sabiendo que yo si lo amo. El sabe que sigo muriéndome por el, el sabe que yo siempre fui la que amé mas, desde el principio siempre fui yo.

    Me dolía sentirlo, aunque a la vez este dolor me llenaba completamente.

    Nadie nunca amaría a Evan tanto como yo. Es claro, ni Hannah pudo haberlo amado tanto como yo lo hice. Yo lo esperaba, yo esperaba que después del embarazo el corriera a mis brazos, pero, ya estaba demasiado hundido en los brazos de Hannah, ella siempre supo calentarlo a la manera que a el le gusta, enfermiza.

    Yo siempre lo ame por su ternura detrás de su oscuridad. Evan no es toda una maldición, detrás de el hay un niño con miedo, nunca de me olvidará esa vez que me levanté de el coma y el estaba allí con sus ojos llorosos dejándome ver completamente lo sufrido que estaba, ese es Evan.

—Yo nunca te olvidaré—su voz rasposa había resonado en el hueco que quedaba entre nuestros cuellos—Nunca me he sentido tan vulnerable como ahora—un suspiro se escapo de su boca—Yo siempre quise ser suficiente para ti.

Sus palabras entraban a mi como balas y se puede decir que el dolor era más fuerte.

—Quisiera decirte palabras suficientes para que te quedes. Quisiera que quisieras quedarte, que no tuvieras alguna opción de irte, que simplemente me amaras tanto que te quedaras para seguir amándome.

—Yo te amo tanto, ese es el problema. No puedo quedarme y dejar que esto siga creciendo, no puedo seguir dejando que seas solo un amor imposible, quisiera que pudieras ser más, quisiera que fuéramos solo amor y no este remordimiento de perder.

—¿Acaso alguna vez hemos sido más que remordimiento y miedo de perder?—estábamos mirándonos a los ojos ahora.

—¿Hemos tenido otra oportunidad? Desde que nos conocimos hemos sido amor y miedo, o quizás, nunca fuimos amor.

—Puede ser que no lo hayamos sido porque nunca hubo oportunidad Isabelle, todo a sido un va y ven de miedo y enojos. La culpa es mía, cree esto, eras mi trabajo pero te vi y me llenaste. Isabelle yo estoy enfermo, ¿acaso no ves? Me encanta ver a la gente sufrir sin darme cuenta, mi bipolaridad se adentra y me ciega. Porque ahora, ahora mismo adoro ver como tus ojos están rojos de tanto llorar porque me amas, o eso creemos. Pero entonces llega a mi mente ¿por qué dejarte ir? ¿quién me asegura que no haré lo mismo con Tate y Violet? ¿terminaré haciéndoles daño solo por mi felicidad? ¿Quién me entiende? Hace un rato pensaba en lo mucho que me enamoré de Hannah pero puedo llegar a la conclusión que eso se creo por lo mucho que extrañaba estar contigo. No hay nadie más puro que tu. —Evan gritaba, estaba dando vueltas por todo el cuarto. Halando su cabello y llorando.

Yo estallé en llantos cuando me di cuenta su sufrimiento.

Evan siempre fue el que necesito más ayuda.

El siempre me necesito más que yo a el.

—Isabelle, quédate conmigo, por favor.

I don't know you » Evan PetersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora