Capítulo 27.

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(EDITADO)

Emma's POV
Los siguientes días transcurrieron normales, sin novedades.
Mañana era el día. El ansiado día. Allan quería hablar conmigo y Dani se empeñaba en que Hache me acompañara, pero me negué. Me fiaba de Allan.

—Hola, Allan.—Saludé.

—Hola, pequeña.—Me hizo un gesto para que me sentara.—¿Sabes por qué estás aquí?

Alguna idea pasaba por mi mente. Supuse que Allan quería ver que yo tenía la confianza suficiente como para correr mañana. Mañana me lo jugaba al todo o al nada. Mañana tenía que ganar sí o si.

—Tienes que tener mucho cuidado, Emma.

—Si gano, ¿Todo habrá acabado?

Asintió.—No tendrás por qué preocuparte.—Parecía nervioso al pronunciar aquellas palabras.

—¿Irás?—Le pregunté antes de levantarme.

—Claro.—Me respondió con una sonrisa.

Salí del local y justo en frente de la puerta había un coche de color negro con los cristales blindados. No le di importancia hasta que pasé por su lado y bajaron la ventanilla.

—¡Emma! ¡Qué sorpresa!—Dijo una voz que me resultaba bastante familiar.

—Dave.

—Sube y te invito a una copa.—Me puso su mejor sonrisa. Aquel hombre era muy amable conmigo así que no pude negarme.

—¿Ya has estudiado a tus rivales?

—No.—Reí.—Nunca los estudio.

Pareció sorprenderse ante mi respuesta.—Vaya, ganar sin una estrategia. Eso es digno de admirar.

Nunca había elaborado una estrategia para una carrera y esta, no iba a ser la primera vez. Más que nada porque las estrategias no servían para nada. En cuanto hicieran un movimiento que te descolocara, adiós estrategia.

—Gracias por la copa, pero he de irme a casa con mi hermano.

—¿Daniel?—Preguntó confuso.—¿Ha despertado del coma?

—Sí.—Fruncí el ceño.—¿Lo conoces?

—De oídas.—Dijo con tono distraído.

Su reacción había sido extraña. Muy extraña, pero no le di importancia porque supuse que lo conocía de las carreras, al igual que a mi.

- - -

Cenamos todos juntos y le tocó recoger la cocina a Tyler mientras los demás se fueron al salón.

—Rubito, ¿Te echo una mano?

Asintió agradecido. Tyler era un desastre fregando.

Diez minutos más tarde ya habíamos terminado y Dani y Hache estaban en el salón hablando, con la televisión de fondo.

Quería preguntarle a Dani si conocía a un tal Dave, ya que lo que había pasado esta mañana me había resultado un tanto extraño, pero me callé. Esperaría a preguntarle más adelante.

—Me voy a la cama.—Di un beso a Dani en la mejilla, otro al Rubito y por último un pico rápido a Hache.

Este me siguió hasta mi habitación y se quedó parado en el marco de la puerta.

—¿Quieres algo?—Traté de intimidarlo, pero creo que no funcionó.

—¿Qué te pasa? Llevas distraída un par de días.

—Nada—Mentí.

Claro que me pasaba algo, me pasaba que tenía mucha presión acumulada en el cuerpo, que iba a volver a enfrentarme contra DK, que no tenía ni idea de lo que Allan tramaba y que no sabía si Dave era de fiar. Y si a todo eso le sumabas que Dani había despertado hace una semana y que mis padres no se habían dignado a llamarle...

—Niñata...—Rodó lo ojos.—¿A quién quieres engañar?—Se acercó lentamente a mi.

—Es solo que quiero que mañana salga todo bien.

Suspiró y agachó la cabeza.—No te preocupes, ¿vale?—Le levanté el mentón.

Sus ojos buscaron los míos y pese a que había oscuridad pude ver esa sonrisa que tanto me gustaba.

—Por esta vez te lo paso, pero cualquier cosa que te preocupe, simplemente, dímelo.—Colocó un mechón detrás de mi oreja.

Hugo's POV

Sabía que había algo que le preocupaba. Algo que todos nosotros desconocíamos, y eso, no me gustaba un pelo. Como hubiera pasado algo esta mañana con Allan, lo buscaría y no pararía hasta encontrarlo.

Estaba oscuro, pero aun así podía ver lo preciosa que era. Adoraba esos ojos oscuros y esas mejillas que se teñían de rojo por cualquier barbaridad que dijese. Ella era adorable.

Se acercó a mí y besó la comisura de mis labios. Sonreí y le besé. Ella abrió la boca para dar paso a mi lengua así que aproveché para profundizar el beso.

Con un poco de torpeza consiguió quitarme la camiseta. No pude evitar una sonrisa. Yo me deshice de la suya en segundos. Sus pequeñas manos acariciaban cada uno de los tatuajes que había en mi cuerpo. Era increíble que con un simple roce pudiera ponerme la piel de gallina.

Repasó el contorno de algunos tatuajes de mi pecho hasta que llegó al cuello. Sus ojos encontraron los míos y tenía la respiración acelerada, al igual que yo.

Acaricié su mejilla y besé su clavícula mientras le quitaba esos pantalones de pijama que le hacían ver extremadamente sexy.

Mis pantalones eran un poco más difíciles de quitar, ya que estaban sujetos por un cinturón. Así que, le costó quitármelos, pero cuando lo logró, la tumbé con cuidado en la cama e hice un camino de besos desde su vientre hasta su cuello.

Lo único que nos separaba era la fina tela de la ropa interior. En sus ojos podía verse el deseo, ella me deseaba, y eso, me hacía querer desearla más.

Con un movimiento rápido le quité el sujetador y quedaron a la vista sus preciosos pechos. Los acaricié y los besé con dulzura, como nunca antes había hecho. La besé de nuevo y ella movió sus labios contra los míos.

—¿Estás segura?—Le pregunté antes de hacer nada. Quería que su primera vez, nuestra primera vez, fuera especial.

—Sí.—Dijo con la respiración entre cortada. Pensar que iba a ser el único en tocarla y en estar dentro de ella, me excitaba. Sonreí y la besé de nuevo.

Con un dedo retiré la única tela que nos separaba, y luego, me quité los boxers. En ese momento parecía que el tiempo se había congelado y solo estábamos ella y yo, cuerpo a cuerpo.

Estuvimos jugando un buen rato. Después, le levanté el mentón y nos miramos a los ojos y entonces, la penetré mientras ella ahogaba un grito y gemía mi nombre.

Entraba y salía de ella mientras clavaba las uñas en mi espalda. No quería estar dentro de nadie más que no fuera ella.

La penetré una última vez y los dos nos dejamos caer en el colchón acompañado de un suspiró.

Ella apoyó la cabeza en mi pecho desnudo mientras me acariciaba, y yo, hacía pequeños círculos en hombro.

—Niñata—Ella me miró con ojos inocentes.—Te quiero.

Elevó la comisura de sus labios—Te quiero, Hugo.—Ahora podía decir oficialmente que ya era mi niñata.

Hache. Saga H1 ✔️Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora