Hugo Fernández -alias- "Hache" llegó a su vida como un huracán. Quizás, por eso, le llaman Hache. Es un hombre misterioso, serio y peligroso con un pasado que lo ha convertido en el hombre que es ahora.
Emma Ross es una de las mejores corredoras de...
Llegué al Nightmare y Zac ya me estaba esperando. Tenía un mal presentimiento.
—¿Qué ha pasado?—Pregunté nada más llegar a él, pero no respondió.
—Zac, conozco esa mirada. Es la misma que tenía Dani cuando se metía en un lío muy gordo.—Le dije manteniendo la calma.
Aquel lugar no me traía buenos recuerdos. En el callejón que hacía esquina con esta calle fue donde tuve mi primera pelea. Un tipo me acorraló contra la pared, pero se metió con la chica equivocada. Normalmente podía apañármelas yo sola, Dani me enseñó a defenderme.
—Le debo 200 de los grandes al dueño del local, no es tan grave.—Dijo encogiéndose de hombros.
—¿¡Qué no es tan grave?!—Intenté mantener la calma.—Le debes dinero a Allan... Y él no es un tipo amigable. Uno de sus hombres casi mata a Dani con sus propias manos por 100 de los grandes, ¿no te acuerdas?—Dije bajando la voz. Allan era un tipo peligroso, y más cuando se trataba de dinero. Ese hombre hacía cualquier cosa por dinero.
—Dale el dinero y no vuelvas a deberle semejante cantidad.—Hablé con calma.
—Hay algo que deberías saber.
—¿El qué?—Estaba confusa.
—No tengo el dinero, Em.—Se pasó las manos por detrás de la cabeza con frustración.
—¡Joder Zac! ¿Por qué no me lo has dicho? ¡Te hubiera ayudado!—Le grité.
—Quien sabe lo que va a hacerte ahora.—Intenté calmarme.—Vas a hacer exactamente lo que te diga, ¿entendido?
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Asintió.—Vas a darle las llaves de mi coche. Es el mustang y él tiene debilidad por ellos. Mañana vendré con 200 de los grandes para cambiárselo.
—Pero... Es tu coche...
—Zac, va a darte una paliza si no le das nada. Así que haz lo que te he dicho. Te espero en tu coche.—Dije dándole las llaves del coche.
Zac sabía perfectamente que yo odiaba a Allan por lo que le hizo a Dani. Aquel hombre no paraba de darle golpes y golpes y no dio la orden de parar hasta que Dani estuvo a punto de perder el conocimiento. Ese día no solo aprendimos lo peligroso que podía llegar a ser, ese día aprendimos que nunca jamás debías deberle dinero a Allan porque no le importaba cobrarse tu vida a cambio.
Narrador externo
Zac estaba nervioso por su reunión con Allan. Sabía lo peligroso que podía llegar a ser porque Dani se lo había advertido una y otra vez.
Después de una larga espera, los hombres de Allan le dejaron pasar.
—¿Dónde está el dinero?—Preguntó sin ningún rastro de amabilidad en su voz.
