Hache. Saga H1 ✔️

Capítulo 13.

(EDITADO)

Hugo's POV

Una vez en el Nightmare no me gustó nada la situación con la que nos encontramos. Odiaba que me hicieran esperar.

—Te he dicho que está reunido.—Dijo el hombre.

—Y yo te he dicho que tengo prisa.—Le empujé y abrí la puerta quedándome sorprendido por lo que mis ojos veían.

Emma, Carol y un montón de dinero sobre la mesa. ¿Qué estaba pasando? ¿Desde cuando las chicas conocían a Allan?

—¿Hache? ¿Qué haces aquí?—Se giró sorprendida al verme.

—Eso debería preguntártelo yo a ti.

—No sabía que conocías a la pequeña Ross, Hache.—Habló Allan. ¿De qué cojones se conocían esos dos?

—¿Qué es todo esto?—Señalé a los tres.

—Acepto.—Me ignoraron y Allan estrechó la mano de Emma. Este saco unas llaves, las cuales le entregó a Emma. Allan recogió todo el dinero que había en la mesa y lo guardó en la caja fuerte.

Las chicas se levantaron de las sillas.

—Dile a tu amigo que cuando quiero puedo ser generoso.

Se volvieron las dos de golpe. Carol estaba enfadada, podía notarse en su rostro. Yo no entendía nada de lo que estaba pasando ahí, pero cuando llegara a casa iba a averiguarlo. Cuando se trataba de Allan nada bueno estaba pasando.

—Y Emma.—Volvió a hablar Allan.—Deberías visitarme más a menudo.

¿Qué? La ira comenzaba a correr por mis venas.

—Sí, debería.—Dijo con su indiferencia.

Tyler y yo estábamos en la puerta, sin entender nada de lo que acababa de pasar. Me estaba intentando tranquilizar con la mirada, pero en ese momento estaba muy lejos de la calma.

—Hache, Tyler. Podéis sentaros.—Dijo con amabilidad.

Me senté en la silla y me giré antes de que Emma saliera por la puerta. Su vista estaba fija en mí, no había ningún tipo de expresión en su rostro ni siquiera le intimidaba como la estaba mirando.

—Bueno.—Empezó Allan cuando Emma cerró la puerta—Dentro de dos meses va a ser la famosa carrera del puente de Golden Gate.—Claramente, esa carrera es ilegal, pero una vez al año los mejores corredores compiten entre ellos por una cantidad de dinero brutal.

Asentimos.

—Este año compite DK, y como seguramente sea el ganador, va a darle la mitad del dinero a Dave.

—¿Tan seguro es que gane DK?

Había oído que DK era muy bueno y que no había perdido nunca, pero todos los demás corredores también lo eran y no creía que se dejaran ganar tan fácilmente.

—DK es el mejor corriendo. ¿Sabes la pequeña Ross?—Mis manos se cerraron en puños nada más oír su apellido salir de su boca.

Asentí.

—Ella lo sabe muy bien. Ella sabe que DK es capaz de hacer cualquier cosa para ganar. ¿Y sabéis por qué? Porque su hermano está en coma gracias a él.—Concluyó.

Se me heló la sangre. Me había contado que su hermano estaba en coma debido a una carrera ilegal, pero no me dijo que DK fue el causante. Ese detalle lo omitió.

La ira comenzaba a correr por mis venas, las ganas de levantarme e ir a buscar a DK para meterle un balazo no me faltaban.

—¿Y para qué quiere DK la mitad del dinero?—Habló Ty.

—Quiere comprar la fábrica que hay a las afueras de la ciudad. No sé todavía para que, pero apuesto a que no es nada bueno.

—¿Y no se puede hacer nada?—Pregunté.

Allan rió.—La única persona que puede ganar a DK es la única que ha ganado esa carrera cuatro años seguidos, pero desafortunadamente ya no corre.

—¿Y quién es él?—Preguntó Ty.

—Ella dirás.—Rio.

Tyler y yo nos miramos sorprendidos, no por el hecho de que fuera una mujer sino porque lo que dijo a continuación no nos lo esperábamos para nada.

—Ella es la pequeña Ross.—Dijo con una media sonrisa.

Esta chica no paraba de sorprenderme, ¿quién diría que una niña con carita de buena estaría tan metida en el mundo ilegal?

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Llegamos al apartamento y fui directo a la habitación de Emma. Estaba cabreado y no sabía por qué. Entré sin llamar y se sobresaltó ya que estaba en su escritorio estudiando.

—Hay una cosa que se llama educación.—Giró sobre su silla cabreada.

—¿De qué coño conoces a Allan?

—¡Hola Emma! ¿qué tal estás? Bien, si. Yo también.—Dijo con sarcasmo a la vez que se levantaba de la silla.

—No juegues, niñata.—Le advertí.

—¿Te importa mucho?—Me dijo de malas maneras.

—No.—Mentí. La verdad es que sí que me importaba, quería saber de qué se conocían. Allan no era una buena persona.

—¿Entonces? ¿Por qué entras aquí como un animal?

—¿Me acabas de llamar animal?—Alcé una ceja, sorprendido.

—¿Acaso no lo has escuchado?—Me retó. Santo cielo, esta chica iba a matarme.

Di dos zancadas para acortar la distancia que había entre nosotros.

—Vamos a ver si te enteras de una vez, niñata. Allan es un cabrón y si te la juega...—Me interrumpió.

—Allan me ayudaba con todo lo de las carreras hasta que le dio aquella paliza a mi hermano. Desde entonces lo odio y quiero devolverle cada golpe que él le ha dado a Dani, ¿contento?—Me gritó.

—Allan es muy peli...

—¡¿Te crees que no lo sé?!—Volvió a gritarme.

—Pues entonces aléjate de él y olvídate de devolverle nada.—Cada vez estábamos más cerca y mi pulso estaba comenzado a acelerarse.

—¿Y tú? ¿De qué lo conoces?—Se atrevió a preguntarme.

—Eso no es asunto tuyo.—Dije con indiferencia.

—Claro, no es asunto mío, pero tú entras como un animal en mi habitación y encima me exiges respuestas.—Me plantó cara. Nadie me había hablado nunca así, nadie me había levantado tanto la voz ni siquiera se habían atrevido a cuestionarme.

—Vamos a ver, niñata. Mi mundo no es de princesitas y sé que el tuyo tampoco, pero te aseguro que el mío es mucho peor que el tuyo.

—Hay tantas cosas que no sabes de mi, Hache.

—Créeme, sé muchas más de las que te imaginas. Y no es porque me las hayan contado.—Le aparté un mechón de la cara.

—¿Sabes Hache?—La forma en que lo pronunció me volvió aun más loco.—Vas de duro porque estás tan herido por dentro que no sabes por dónde empezar a arreglarte, pero conmigo eso no te va a funcionar, soy diferente.

Podía ver lo nerviosa que estaba por mi cercanía. Su vista bajó a mis labios y la mía a los suyos. Ahora quien tenía el control de la situación era yo.

—Vaya que si lo eres.—La empujé contra la pared.—Tus ojos ahora mismo te delatan, pequeña.—Sonreí sobre su boca.

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Ay, Hache, Hache... 😍