Bienvenido

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- ¿Sting...? — no sabía que decir — ¿Estás bien?

Se separó de mí y se tapó los ojos con las dos manos.

- Soy lo peor — susurró.

Me apoyé en la encimera de la cocina sin saber que hacer, no entendía por qué de repente estaba así.

- ¿Por qué dices eso? — agarré sus manos y se las quité de la cara — eres lo mejor que me ha pasado — le sonreí — no llores.

Le limpié una lágrima que le caía cerca del labio y su orgullo le hizo girar la cara.

- Ag... no estoy llorando — se dio media vuelta.

- Claro Sting, solo estás cortando una cebolla imaginaria — me miró de reojo y me dedicó una mirada de enfado.

Será idiota.

- Lo siento Lucy — se puso en frente mía y me miró con sus ojos azules húmedos — lo único que consigo es hacerte sufrir... no quiero ni pensar lo mal que lo has pasado estos ocho meses, viviendo sin saber si yo algún día iba a despertar — miró hacia el suelo y se dejó caer en mi pecho.

Yo solo pude abrazarlo y quedarme callada durante un rato.

- Sting no es tu culpa, hiciste lo que tenías que hacer... salvaste vidas. Además, no querrás que nuestro futuro hijo te vea llorar, ¿no? — dije bromeando y señalando mi barriga.

Sting hizo un gesto de sorpresa y se puso de rodillas en el suelo frente a mi para posteriormente poner sus manos en mi vientre.

- Oye, espero que no hayas escuchado esta conversación. Tienes que tener cuatro cosas claras antes de salir de ahí — yo solo podía reir ante el espectáculo que estaba montando — La primera esque papá no llora, suda por los ojos. La segunda, mamá siempre me querrá más a mi — no prometo nada... — la siguiente esque más te vale que seas el más ligón de la escuela — le interrumpí.

- Ni siquiera sabemos si es chico o chica... — dije riendo.

Me miró sonriente y siguió hablando.

- Seguro que serás chico... ah, y la última cosa es que nunca serás más guapo que yo — puso una sonrisa triunfante y le pegué en la cabeza.

- ¡¡Sting!! No digas eso, será más guapo que tú, egocéntrico.

Me miró con cara de pena mientras se rascaba la cabeza tras el golpe y se fue al sofá para dejarme seguir con la comida.

Unas semanas después

- Lo sabía, esque lo sabía... ¡siempre tengo razón! — reconocí la voz al instante, era Sting aumentando su ego.

- Para algo que aciertas... — dijo Rogue.

Me desperté y comencé a recordar lo que había pasado.
Estaba en la casa cuando me empezaron a incrementar las contracciones.
Me dolía bastante y comencé a chillar, por lo que Sting se asustó y me llevó rápidamente al hospital.

- Shh... silencio que la vas a despertar — Rogue como siempre tan precavido.

- Ah mierda, se me ha liado un cable en el zapato — y Sting como siempre tan torpe y chillón.

Abrí un poco mis ojos y pude ver sus siluetas, tras el parto me desmayé.

- ¿Como estás Lucy? — me incorporé bien en la cama para responderle a Rogue.

- Bien, aunque cansada... — dije sobandome un ojo.

- ¡Hola, holaaa mamá! — Sting se acercó a mi con el bebé en las manos.

No paraba de jugar con el como si fuera un muñeco a sí que se lo quité de encima.

- ¿Crees que estará a salvo con este padre? — preguntó Rogue dudoso.

Le sonreí y asentí con la cabeza. Después de todo Sting es muy bueno.
Rogue se fue para dejarnos a solas, me dijo que Levy se había quedado dormida en la sala de esperas.

- ¿Ves? Dije que iba a ser un niño — Sting se sentó a mi lado y comenzó a jugar con las manitas del pequeño.

- Cierto... es precioso — era tan pequeño que parecía de mentira, no pude evitar soltar unas lágrimas — ¿Cómo se llamará? — le miré esperando algunas opciones.

- Derek — ni si quiera se pensó dos veces la respuesta.

Yo no dije nada, supongo que mi silencio sirvió como respuesta. Cualquier nombre que le pusiera Sting me iba a gustar.
Mientras sostenía al pequeño en brazos miraba de reojo a Sting, estaba embobado y tenía una sonrisa bastante peculiar en el rostro.
Me encantaba verlo así.

- ¿Que magia crees que usará? — preguntó sin quitarle la vista de encima.

- No lo sé, pero seguro que será muy fuerte — sonreí.

Sting me dio un beso y le acarició la cabeza a Derek.

- Me moría de ganas por verlo ya... — pegó su cara junto a la mía — os quiero.

En busca de inspiración [Stinglu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora