v e i n t i t r e s

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si ese giff no demuestra lo real que era/es el frerard no sé que más se necesita

pensé que no acabaría este capítulo nunca porque al principio tuve un bloqueo de escritore y luego llegó pokémon go y.... GOTTA CATCH 'EM ALL!

en fin, aquí teneis un capítulo frerard (siento que no haya smutt tho :'c )

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gerard.

Estaba estirado en la cama al lado de Frank, viendo como este dormía, y maldiciendo no haber llegado unos segundos antes.

Quien iba a decir que, siendo inmortales, el tiempo iba a llegar a importarme tanto.

Debería haberme quedado luchando al lado de él, porque sabía que Frank era fuerte y capaz de arreglárselas solo, pero nadie es invencible delante de según qué situaciones. Sin embargo, tampoco podía dejar a Jack prácticamente muerto y Alex al borde de un ataque de pánico solos.

No tenía que pasar nada, Frank y yo habíamos afrontado situaciones así antes, no obstante, sentí que me disparaban a mí también en el momento en que vi a mi chico desplomarse en el suelo abatido y como el cazador aún tuvo el descaro de pisarle con sus sucias botas.

Sabía que solo necesitaba un poco de sangre de ese tipo, que no era propio de nosotros matar cazadores sin remordimientos; pero solo podía ver a Frank medio muerto en el suelo y al hombre riéndose de él y de mi desesperación.

Volví a mirar a mi novio, tratando de alejar aquellos pensamientos y calmarme. Estaba más pálido de lo normal, con algunos mechones de su pelo oscuro cayendo desordenadamente sobre su rostro, y respiraba pesadamente con algo de dificultad.

Me tumbé más cerca de él, mirando hacía el techo, y cerré los ojos, sintiendo como todos los recuerdos junto a ese chico volvían.

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Había acabado de vuelta en un orfanato por el homicidio de mis supuestos padres, los cuartos este año. Podía ver las expresiones de lástima que me dirigían todos los de ese lugar al pensar que un pobre chico de diecisiete años no tenía una familia, que esta había sido asesinada dejando al pobre niño solo, pero la había tenido; hace siglos.

Lo que ellos no sabían era que el asesino de esa pareja había sido yo, consumido por el hambre de sangre después de que me castigasen sin poder salir de casa por alguna estupidez, y que solo aparentaba ser un adolescente porque en realidad debía tener más de cien años.

Sinceramente, odiaba esto; pero era la forma más fácil de vivir en mi condición. Si estaba en el sistema de adopción era más fácil pasar desapercibid. La gente me tenía por un pobre huérfano, solo y triste, y no por un sanguinario y despreciable vampiro -y, por ello, era más fácil obtener sangre sin levantar tantas sospechas.

Era un plan perfecto o, al menos, lo fue hasta que apareció él.

Lo conocí en una noche de invierno, llevaba un jersey de lana viejo y desgastado y unos tejanos rotos que muy difícilmente podían protegerle del frío del exterior.

Cuando la monja encargada del orfanato -no recuerdo su nombre, aunque tampoco es como que importe ya- lo vio aparecer en la entrada principal, tiritando y ligeramente cubierto de la nieve de diciembre, lo hizo pasar dentro enseguida.

Y yo no pude evitar fijarme en él, en como su pelo negro, tan oscuro como la noche, caía caóticamente sobre su tez enfermizamente pálida.

Nuestras miradas chocaron por un instante, verde contra verde, y no pude evitar constatar en que aquellos eran los ojos más tristes que había visto nunca.

✧ i'm dying to live ✧ || נαℓεx #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora