Capítulo 26.

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Maratón por el cumpleaños de Ritchie.

Intenté escapar de mi habitación con todos los métodos que se me ocurrieron. Tomé mi espada e intenté derrumbar la puerta con ella, pero solo conseguí hacerle unos horribles rasguños, que no me ayudarían a escapara para nada. Intenté idear una forma de bajar por la ventana, pero estaba demasiado alto, e incluso atando mis sábanas para poder bajar sin romperme un brazo, había media docena de guardias justo debajo de la ventana. 

    Conforme caía la noche me fui resignando a que la batalla habría terminado ya, y por más que intentara escapar ya sería demasiado tarde. Me tumbé en mi cama para comenzar a llorar, abracé la almohada donde John había dormido la noche anterior y me aferré a su olor como si aquello fuera a traerlo de vuelta. 

    -¡Necesitamos un sanador!- escuché que gritaron a lo lejos, rápidamente me puse de pie y corrí hacia mi ventana, donde se podía ver claramente a las tropas que volvían de la batalla; todos parecían estar bien, ya que todos veían a su propio pie, a excepción de dos hombres, que venían en camillas. -¡Un sanador! ¡Rápido!- gritaban los demás hombres, mientras los gritos de agonía escapaban de la garganta de esos dos hombres que no lograba ver bien por la oscuridad. 

   Que no sea John, que ninguno de ellos sea John. 

   A los hombres en camilla se les acercaron varias figuras, que rápidamente los introdujeron al castillo, haciendo que los lamentos se fueran apagando conforme se alejaban. Retomé mi lucha para ser liberado, tenía que saber quienes eran los heridos, saber si John estaba bien. -¡Sáquenme de aquí!- grité, rojo de ira -¡Si no me dejan salir de aquí los mataré a todos!- 

   Golpée la puerta con mis puños una y otra vez, hasta que sangraron, pero nadie parecía dispuesto a dejarme salir. Estaba punto de rendirme de nuevo en cuanto la puerta se abrió, dejando ver a Cynthia, que lucía muy despeinada -¡Cynthia! ¡John! ¡John!- la emoción y la desesperación eran tantas que solo podía atinar a decir el nombre de John, sin que más palabras cruzaran por mi mente -¡Tengo que saber como está John!- dije por fin, salí corriendo por el pasillo lo más rápido que mis piernas me lo permitían, di la vuelta en un pasillo y choqué contra alguien. 

   Más guardias no.

-¿Paul?- levanté la mirada rápidamente al escuchar su voz, ahí estaba John. Con un apretado traje de guerra, manchado de sangre, con una herida en la mejilla y otra en el brazo, pero vivo. Sin pensarlo dos veces me abalancé contra él y lo abracé -¡¿Es que eres idiota?! ¡¿Como se te ocurrió irte sin avisarme?!- le reclamé, hundiendo mi cabeza en su pecho, que tenía el horrible olor a sangre y sudor, mientras intentaba reprimirme para no llorar. 

    -¿Qué? ¿Quién eres tú y que le hiciste a Paul?- preguntó en broma John, haciéndome poner los ojos en blanco -¡Eres un estúpido, campesino!- le grité, ¡Me preocupo por él y lo único que recibo es una broma! caminé hecho una furia por el pasillo, hasta llegar a la puerta de mi habitación, donde John me tomó de la muñeca. Este me obligó a entrar a su cuarto y cerró la puerta tras él. 

    -Perdón, no quería preocuparte- se disculpó -Y tampoco quería hacerte enojar- aclaró. Haciéndome sonreír un poco forzadamente -¿Por qué no me avisaste? ¡Pudieron matarte!- John soltó una pequeña carcajada, que rápidamente se convirtió en un quejido por el dolor, mientras que unas pequeñas gotas de sangre salían de su brazo. Rápidamente me acerqué a la pequeña bandeja con agua que había ahí y humedecí un trapo con ella. -Ven acá- le ordené. Este de inmediato me obedeció y se acercó a mi, haciendo una mueca de dolor. 

   -Te va a arder- le advertí, y antes de que pudiera protestar, coloqué el trapo en su herida, haciendo que John soltara un gruñido -Eres chico rudo ¿Eh?- preguntó, intentando disimular el dolor. No supe porqué, pero sonreí, me gustaba saber que John estaba bien, y me gustaba tenerlo cerca. 

    Terminé de limpiar su herida y este se veía mucho más relajado, caminó hacia su cama y se sentó en ella mientras comenzaba a sacarse la armadura -Entonces... ¿Estabas preocupado por mi?- preguntó con una sonrisa en su rostro, quitándose las rodilleras -No- mentí rápidamente ¡Esto no estaba saliendo como lo había planeado! -¿Entonces porque me abrazaste?- 

   John se despojó de la parte superior de su armadura, dejando al descubierto su pecho ligeramente manchado de sangre, que de inmediato me hizo sentir un cosquilleo en la entrepierna -¿Te gusta lo que ves, Paullie?- preguntó John, dándose cuenta de que me había perdido mirando su cuerpo; de inmediato me coloré y desvié la vista, muy a mi pesar -E-espero que la p-próxima vez seas más considerado conmigo- susurré, y salí de su habitación. 

With a little luck. [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora