✧ i'm dying to live ✧ || נαℓεx #1

v e i n t i d o s

"Convertirle." Concluyó Alex, entre dientes.

El chico no dejaba de llorar silenciosamente y parecía sentirse terriblemente impotente frente a la situación en la que estábamos.

Cerré los ojos y gruñí, sintiendo el dolor de mi brazo hacerse más agudo y esparcirse por mi cuerpo. Al instante, sentí la mano de Alex tocándome el pelo, tratando de reconfortarme mientras sentía sus voces amortiguadas, cada vez más difíciles de oír.

"Es eso o dejarle morir, Alex." Sentenció Austin y, pese a sus palabras duras, se le oía cada vez más preocupado.

"¡Sabéis que no puedo simplemente transformarle, no tengo derecho a quitarle su vida sin más!" Les gritó él, claramente esto era demasiado para él y quería tranquilizarle, decirle que no pasaba nada, pero no podía.

"Pues habla con él, tienes cinco minutos." Finalizó Gerard.

"Probablemente también necesite la sangre del cazador igualmente, joder." Maldijo Austin, levantándose del suelo y volviendo a donde estaban los otros luchando contra los cazadores.
Abrí los ojos, topándome con la mirada del vampiro, asegurándome que todo iba a estar bien con una sonrisa débil que era más que forzada, y vi como los otros dos vampiros se alejaban después de dirigirle una última mirada de advertencia a Alex.

"Supongo que es bastante estúpido preguntarle a alguien si quiere vivir o morir, pero no quería transformarte en vampiro sin tener tu pleno consentimiento." Comentó, riéndose un poco para tratar de suavizar un poco el ambiente, pero fallando en el momento que sus lágrimas rodaron por sus mejillas.

Le sonreí débilmente y él apartó algunos mechones de mi cara.

"Hazlo." Respondí, intentando sonar seguro de ello pese a mi voz temblorosa.

"Lo siento." Susurró entonces, apoyando su cabeza en mi pecho. "Siento haber sido un imbécil y haberte mentido, nunca fuiste un juego para mí, Jacky... Solo quería evitar esto... porque te quiero, Jack, te quiero mucho..."

Su voz se rompió al final, mientras lloraba encima de mí, y, con algo de esfuerzo, logré rodearle con mi brazo no herido.

Alex levantó la cabeza de mi camiseta, manchada de sangre y lágrimas, y me observó fijamente.

"Yo también te quiero, Alex... y por eso no me arrepiento de haberte salvado... pase lo que pase..."

Vi otra lágrima resbalar por la mejilla del vampiro y luego se inclinó, juntando nuestros labios en un beso torpe y lento. Había echado mucho de menos esta sensación y a Alex y, aunque me estuviese muriendo, en ese momento me sentí feliz.

Alex se separó de mí a los pocos segundos y me miró fijamente, como verificando que realmente estuviese seguro de mi decisión y yo le devolví la mirada, asegurándole que estaba bien con ello.

Los otros dos vampiros volvieron a nuestro lado y le dieron miradas de advertencia a Alex.

"Ha perdido bastante sangre con ese disparo, así que ten cuidado." Dijo Rian, mirándome primero a mí y a mi brazo y luego a Alex.

"En todo caso, si vemos que te sobrepasas, te separaremos." Añadió Gerard.

Mi chico respiró profundamente y volvió a fijar su mirada en mí.

"Lo siento, esto va a dolerte un poco." Se disculpó de antemano, haciendo una mueca.

Se volvió a inclinar sobre mí, haciéndome cosquillas con sus mechones morados, y sentí su aliento en mi cuello antes de que sus colmillos se hundiesen en mi piel, haciéndome soltar un grito ahogado y recordándome a la última vez que tuve los caninos de Alex clavados en mi cuello.