—Sí, lo quiero –bisbisea entre dientes, mirándola intensamente–. Pero no si eso implica que debas beber la sangre de Elena y que yo tenga que beber de ti, consumiendo su vida y tu vida, con la posibilidad de que mueras por siempre.


—Soy inmortal, Klaus –objeta acercándose esta vez.


—Pero existe la posibilidad –ignora sus ojos, bajando la mirada–. Estamos hablando de tu vida, la razón de la mía y eso no está a discusión.


Dena suelta un suspiro tembloroso, jamás iba a poder entender la dependencia que Klaus sentía con ella, estaba segura que él la amaba, el Original lo había demostrado todos esos años que estuvieron juntos, todos esos años en que ella le hizo creer una mentira y eso la hacía sentir su estómago revolverse con lastima.


No me importa, repitió, no me importa.


Llevaba un siglo entero conviviendo con Klaus, un siglo entero donde el Original llego a abrirse a ella, donde solo ella logro conocerlo a pesar de que estaba a su lado por un engaño. Conocía todos los aspectos de Klaus, desde el más oscuro hasta el más brillante y ahora, parada frente a él, mirando aquellas perlas azules reflejando la angustia de perderla, le retorcía el estómago y su boca se volvía amarga.


Distracción, amor mío. Solo es una distracción.


—Relájate, ¿quieres? –murmura en un resoplido tembloroso, ocultando su mueca frustrada–. Solo estoy bromeando.


Su discusión no era importante, las voces en su cabeza tenían razón, solo era una distracción para que olvidara el tema de su episodio inestable en casa de los Salvatores. Débiles, resonó en algún lugar de su cabeza, lejano y sin fuerza.


Klaus alza la mirada, su ceño fruncido más acentuado. —Estas bromeando –repite como si no creyera las palabras, Dena asiente, desviando la mirada a la ventana de la habitación, no quería ver sus ojos, no quería ver las emociones desbordando de ellos–. Mírame cuando te estoy hablando.


—No soy tu perro, Klaus.


—Y no espero que lo seas, pero dices que estas bromeando, mírame a la cara y dímelo.


Dena a regañadientes le obedece, titubeando un poco cuando sus ojos chocan. —Solo estoy bromeando –repite quedo-. Soy consciente de que Elena es importante para ti y que incluso antes de que me conocieras querías romper tu maldición. Es egoísta de mi parte pedirte que me dejes romper la mía –susurra con un deje de sarcasmo.


—Ángel.


—Ya me resigne, ¿de acuerdo? –Responde dejándose tomar por Klaus–. Es solo que a veces es necesario hacer un poco de berrinche.


El original parece analizarla por un momento, recorriendo todo su rostro con aquellos ojos azules que brillaban con angustia, Dena le regalo una sonrisa cansada, logrando que el hombre finalmente le devolviera la sonrisa ladina.

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⏰ Last updated: Jun 08, 2019 ⏰

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Salvatore ➳The Vampire Diaries [1]Where stories live. Discover now