—Eh bueno... Veras... Quería saber si estabas bien, te fuiste así de repente y... Pues... Eso. 

—Estoy bien, solo me molesto que se metieran contigo y con Abi. Por favor no vuelvas a llorar por culpa de unos imbéciles, ellos no merecen tus lágrimas, nadie las merece. Sonríe, te ves más linda sonriendo. 

—Es-está bien... —medio curvo los labios tratando de formar una sonrisa. La tomé de las mejillas y le hice formar una mueca parecida a una sonrisa. 

—¡Así es que tienes que sonreír! 

—¡Para ya! —se reía y se quejaba—. ¡Que duele!

—¿Prometes sonreír? 

—Di di lo pometo —fue lo que se escuchó ya que empecé a hacerle muecas a su cara, ella trataba de quitarme las manos de su cara pero no lo lograba y se quejaba. 

—¿Qué dijiste? No te entendí. 

—¡Do pometo! 

—Está bien —solté sus mejillas y ella rápidamente empezó a acariciarlas por el dolor, creo que me pasé, pero no importa, se ve adorable. Sus mejillas estaban rojas y ella estaba haciendo pucheros. No pude evitar apretarlas nuevamente. 

—¡Jason! 

—Ya, está bien, aguafiestas —se rió, a lo que yo sonreí. 

—Entonces... ¿todo bien? 

—Claro. Nos vemos. 

—Vale. 

Y se fue por un lado del pasillo mientras yo me iba al otro lado.


POV Madison


Me duelen las mejillas, no dejaba de frotármelas para que cesara el dolor, vi a Jason muy bien a comparación a cuando salió de la dirección ¿estaría bien o estaba fingiendo? Observé mi reloj y me di cuenta que la última clase ya había empezado hace tres minutos y apresuré el paso en dirección al aula, ahí en la puerta se encontraba Abigail pidiendo permiso para entrar, parece que ella también ha llegado tarde.

—Pasen adelante. 

—Gracias —dijimos a unísono.


Una vez ya pasaron las horas eran las 1:45pm y estábamos esperando el autobús, Abigail y yo buscábamos a Jason con la mirada, pero no aparecía por ningún lado, cuando subimos y observabamos la puerta en la espera del susodicho, Abigail se golpeó la frente.  

—El me dijo que hoy sale temprano según su horario, a lo mejor se fue en el bus de las doce. 

—Lo más seguro... 

—¿De casualidad querrías acompañarme al psicólogo?

—No me gusta mucho salir... 

—¡Por favooor! —se tomó las manos a modo de súplica. 

—Está bien... Iré. 

—¡Genial! Iremos como a eso de las tres, pero antes de ir a la oficina de mi psicólogo iremos a la Plaza Central, un amigo me estará esperando con un dinero que me debía. 

—No hay problema.


2:43pm.


—¡Maddie! —me gritó Cameron desde abajo, terminé de atarme mis zapatos y baje con toda la calma del mundo. 

—¿Qué suc... —no pude terminar de formular la pregunta cuando caí al piso muriendo de risa, Cameron se encontraba dando vueltas alrededor del mesón tratando de esquivar a Guido, tenía una cara de terror que no hacia más que darme más ganas de reír. 

You Are Beautiful ©Where stories live. Discover now