Nunca Jamás. Durante el coma.
— ¿Por qué no les dices algo? — Cuestionó Malcolm.
Paré de afilar la punta de la flecha y sonreí ligeramente. — ¿Sobre qué?
— Sobre las miradas que te lanzan los niños perdidos; parece que se les caerá la baba. — Mi sonrisa se ensanchó al escucharle. — ¿Qué? ¿Te gusta la atención de tantos chicos sobre ti?
— Las miradas no matan, Malcolm, y los chicos no me afectan.
— Pero a ellos sí que les afectas. — Mencionó con tono jocoso. — Sobre todo por las noches. — Puntualizó.
Alcé ambas cejas y quité las imágenes que aparecieron en mi cabeza por una fracción de segundo. — Ven. — Pedí. Me levanté del tronco donde había pasado unas cuantas horas puliendo las armas de los chicos. — Es hora de tu lección de hoy.
Los ojos de Malcolm resplandecieron. — ¿Qué aprenderemos hoy?
— A cerrar tu mente.
El chico arqueó una ceja pero no dudó en seguirme hasta la orilla del río, fuera del campamento, y alejado de todo ruido o persona. — ¿Qué quieres decir con ello?
— Algunas personas tienen la capacidad de invadir la mente ajena; pueden incrustar pensamientos ya sea cuando la persona esta despierta o dormida; incluso algunos leen la mente, algunos magos se comunican de esta forma; también pueden ver los recuerdos de otras personas con este tipo de magia.
— ¿Por qué me enseñarás esto? — Interrogó el chico, el cual se había sentado en una roca, y miraba el río tranquilamente.
— ¿No querías que hiciera algo con los chicos? — Respondí simplemente. — Si piensan en algo desagradable quizás paren.
Malcolm curveó la comisura de sus labios en una sonrisa maliciosa. Un dolor punzante martilleó mi cabeza pero duró solo unos segundos.
— ¿Qué tan vivido puede ser? Lo que vaya incrustar en su mente ¿Qué tan real será para ellos?
— Depende de qué tanta es tu concentración y tus habilidades.
Malcolm asintió y se levantó en un fluido movimiento. — ¿Cuándo empezamos? — Cuestionó con emoción; me giré para ver aquella sonrisa ladina, aquel niño planeaba más que darles un susto a los niños perdidos, y por alguna razón estaba ansiosa por ver la creatividad del adolescente.
— Trata de bloquear tu mente, entraré y miraré entre tus recuerdos... — El chico se tensó. — ¿Qué? No harás lo mismo que ellos por las noches ¿o sí?
— No. — Admitió lentamente. — Pero quisiera intentar entrar en tu mente.
Aquello hizo que sonriera. — Si no puedes bloquearme no podrás entrar en la mente de una persona que tiene un candado en sus pensamientos.
— Siempre he sido bueno desbloqueando candados. — El chico se encogió de hombros. — O rompiéndolos, lo que surja primero.
— Romper el candado de una persona es difícil, Malcolm. — Murmuré. — Y arriesgado. Normalmente son pocos los que logran bloquear su mente pero si llegara un intruso a intentarlo podrían surgir consecuencias desagradables.
— ¿Por qué? — La atención del chico y el retintín de ansiedad en su voz me tomó por sorpresa.
— Porque es una lucha mental. Se pone en juego la integridad de una persona, incluso puede provocar que uno pierda el control de su cuerpo y caiga inconsciente; puede durar meses hasta que se reponga.
YOU ARE READING
Rapunzel and the lost demon (Robbie Kay, OUAT)
FanfictionSegundo libro. Peter Pan es una persona que jamás ha fallado a su palabra. Rapunzel es comprensible y demasiado paciente. Cuando las decisiones de éstas personas lleguen a chocar y generen consecuencias irreversibles se desatará el poder y el ca...