Capítulo 12 - Parte I

2.7K 207 100
                                    

Christine Moore

Gracias a Dios, Ryan y yo llegamos a tiempo para nuestro vuelo. El tener que quedarnos despiertos toda la noche, había agotado nuestras energías para discutir, incluso hablar. Así que solo nos dedicamos a hacer el debido proceso para subirnos al avión y solo hablábamos cuando era necesario.

—¿Quieres algo de comer antes de subir al avión? —me preguntó un cansado Ryan, mientras se ponía de pie.

—No, estoy bien. Gracias. —Estaba tan ansiosa que no quería comer nada.

—Pero si no has comido nada desde esta tarde —protestó.

—No, yo sí... —me interrumpí a mí misma, frunciendo el ceño —. ¿Me estás espiando?

—Eso quisieras —bufó en respuesta —. En fin, te traeré un café.

—No, no quiero café —le detuve cuando me negué.

—¿Entonces?

Se veía tan cansado que no valía la pena decirle que de verdad no quería nada. Parecía que él insistiría en traerme algo.

—¿No comeremos en el avión de todos modos? —Se quedó de pie con las cejas alzadas mirándome expectante como si esa razón no fuera suficiente para él —. Un jugo.

—¿Eso es todo?

—Cualquier cosa que vayas a comer me traes a mí también, Ryan —contesté tratando de no irritarme —. Si sigues aquí, nos va a dejar el avión para cuando ya quieras volver.

—Ya regreso.

***
Ryan me había una traído ensalada César para que yo comiera antes de subirnos al avión, también alguna que otra galleta y otras cosas más que no le di mucha atención porque estaba pensando en cómo me comería todo eso si ni siquiera el agua me pasaba.

—¿Estás seguro que te dejarán subir con ese contrabando de comida que llevas? —pregunté mientras miraba sus lindas manos agarrando los paquetes —Se supone que se debe consumir en el avión.

Él se encogió de hombros sin dejar de comer. —¿Quién dijo que no comeremos en el avión? Además, ¿para qué venden comida en el aereopuerto?

—Bueno, definitivamente serás tú el único que comerás porque realmente apenas puedo con toda esta comida —respondí sinceramente.

Dejó escapar una risa un poco sarcástica. —Eso crees tú. Debes comer bien porque no tienes idea de lo que se viene. —Suspiré en respuesta de su comentario. No le iba a llevar la contraria. Simplemente, no lo haría. Él ni se daría cuenta. —Y te acabas eso.

—¿No quieres probar? —le ofrecí en cuanto noté que había terminado la suya.

Me sentía realmente ansiosa y no tenía idea si era porque viajaría por muchas horas ó porque iría a un país que no había visitado nunca ó porque viajaba en compañía de alguien en que no confiaba mucho, lo cual era una locura debido a que sentía la necesidad de apoyarme en él mucho más de lo que quería, ya que él tenía mucha más experiencia en esto que yo y que se veía muy tranquilo.

—Acabé de comer lo mismo que tú —dijo poniéndose de pie y tomando nuestras maletas de mano —. Vamos, te terminas eso en el avión.

—¿Qué te debo? —pregunté tratando de seguirle el paso, incluso cuando llevaba nuestros equipajes.

—Tu silencio, gracias —respondió —. Entrégale nuestros boletos a la señorita. —La chica respondía a la sonrisa que Ryan le había dado con naturalidad.

Apartamento 201 ©Where stories live. Discover now