Capítulo 23 (Corregido)

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— ¿No crees que es muy pronto para beber? —Le cuestionó Katrina enarcando una ceja.

—Eso no es de tu puta incumbencia. En cuanto a ti, si has terminado de comer, vuelve al agujero —Dijo Eric para luego mirarme y señalarme con la botella sin abrir.

Me levanté con resignación y volvimos al granero para continuar con el puto túnel. Mientras cavaba, Eric me alumbraba con la linterna y como se aburría, empezó a contarme su vida.

— ¿Sabes? Si lo hubieses dejado estar, no estaríamos en esta situación, Valery. Pero no, tú tenías que abrir la boca y enviarme a la cárcel, donde pase los peores años de mi vida y donde me juré que si te tenía en mis manos, acabaría contigo —Continuaba hablando sin parar, joder menudo pesado.

— ¿De verdad te piensas que me iba a guardar algo tan grave como eso? —Le pregunté riéndome con acidez.

—Cierto. Debí suponerlo, no eras como las demás, siempre tuviste ese carácter peleón... La verdad es que eso fue lo que me atrajo de ti, fuiste la única que no caíste en mis brazos a la primera. Siempre me retabas y cuanto más lo hacías, más me gustabas —Dijo Eric acercándose cada vez más a mí, pero si pensaba que me iba a quedar quieta estaba equivocado.

Empuñé la pala contra él, dispuesta a abrirle la cabeza si era necesario.

—Ni te acerques, porque si tú eres capaz de pegarme un tiro, yo soy capaz de abrirte la puta cabeza con esta pala —Le advertí frunciendo el ceño.

—Calma fierecilla, no haré nada... Por ahora —Me respondió alzando las manos en alto y sonriendo de oreja a oreja.

Después se colocó en la entrada del agujero pero se quedó mirando mi culo durante el tiempo que continué cavando. Joder, qué ganas de partirles la cara a ambos, si pudiese quitarles la pistola yo misma sería capaz de terminar con el problema.

Ya para la tarde, justo cuando empezaba a anochecer, Katrina llamó a Eric para cenar. Este me detuvo de seguir cavando y tras atarme las manos me llevó de nuevo a la habitación.

—Espera aquí, te traeré tu cena —Dijo Eric antes de salir de la habitación.

Pero esta vez se olvidó de poner el seguro a la puerta. ¡Esta es mi oportunidad de escapar! Con rapidez me levanto y corro hacia la puerta, después me asomé y vi que los dos estaban muy entretenidos con la cena.

No se dieron cuenta del momento en el que salí de la casa, hasta que comencé a correr hacia el bosque. Justo en ese momento escuché el ruido de un disparo.

— ¡Eric tiene que estar viva! —Oí que gritaba Katrina.

Sin embargo yo no me detuve y continué corriendo por el bosque. No paré hasta que llegué a la carretera más cercana, sin embargo continué ocultándome en el bosque, si seguía la carretera Eric y Katrina podrían dar conmigo en cuestión de segundos.

Seguí caminando pero mi ropa me lo dificultaba, a medida que avanzaba, las ramas y arbustos desgarraban el tejido de mi ropa.

— ¡Maldita sea! —Exclamé cuando la falda terminó por desgarrarse y me dejó la mitad del muslo izquierdo al descubierto.

Seguí caminando varios metros más, la tarde empezó a caer pero el sol aun estaba bastante fuerte. Necesito encontrar agua de inmediato o sino moriré deshidratada.

Por suerte, a unos tres metros había un riachuelo. Con cuidado me sujeté de las piedras que había en la orilla del río y luego me incliné para beber.

Y de paso refrescarme un poco, porque durante el tiempo que me tenían recluida esos dos, no dejaron que me diese una buena ducha.

—Eh tú, ¿necesitas ayuda? —Me sorprendió la voz de una desconocida. Mire hacia arriba y me encontré con el rostro confundido de una chica rubia y de ojos castaños.

Siempre Juntos (Corrigiendo)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt