Capítulo 3 (Corregido)

462 23 11
                                    

(En multimedia, Nicky y Nataly)

Dedicatoria a los lectores que comentaron en el capítulo anterior:

pauliss_cg  (Primer comentario)

Almaoscura_lectora03  (Segundo comentario)

★★★★★★★★★★★★★★★★

Pov Valery:

Da igual el tiempo que continúe observándole, el resultado no va a cambiar. Marcus Miller estaba frente a mí, con su típica sonrisa moja bragas, esa misma sonrisa que usaba en el instituto. Pero ya no estábamos en el instituto y obviamente ninguno de los dos somos los mismos chicos que iban a dicho instituto, nuestras vidas han cambiado muchísimo...sobre todo para él y para Nataly.

—Marcus. Marcus Miller —Susurré mirándole con los ojos abiertos como platos.

—El mismo que viste y calza, preciosa —Dijo él con su media sonrisa.

—El mismo que viste y calza, preciosa —Dijo él con su media sonrisa

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.


—Pasa a mi despacho. Ryan tráeme mi café, por favor y para el señor Miller... —Le dije yo mirándole con una ceja enarcada y una sonrisa falsa.

—Otro café, gracias Robin —Contestó Marcus sin mirar a mi asistente.

—Ahora mismo los traigo —Dijo Ryan con una sonrisa profesional, pero en sus ojos se podía ver claramente que no le agradaba Marcus.

—Muchas gracias. Señor Miller, pase a mi despacho, por favor —Le señalé mientras entraba en mi despacho sin esperarle.

Marcus entró con una sonrisita victoriosa en mi despacho, como si hubiese ganado un premio o alguna estupidez así. Cuando yo me encontré ya sentada en mi sillón de cuero rojo sangre, él ocupó uno de las sillas frente a mi escritorio de madera tallada.

—Bien, cuéntame. ¿Qué coño haces aquí, Marcus? —Le pregunté directamente.

—He venido a verte. Pensé que te alegrarías, tuvimos un pasado, ¿recuerdas? —Me respondió él encogiendo los hombros y mirándome sorprendido.

—Sí lo recuerdo y precisamente por cómo era ese pasado, te pregunto qué haces aquí —Le dije cruzando los brazos sobre la mesa.

—Vale, me lo merezco pero debes entender también mis motivos. Tenía que irme de aquí, necesitaba olvidar y Nataly también... Y tú mejor que nadie, sabes qué o mejor dicho quién, hizo que nos marchásemos a Italia —Dijo él frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.

—Lo sé, lo sé... Lo siento mucho. Por los dos. Dime, ¿cómo está Nataly? —Me disculpé antes de sonreírle con cortesía.

—Te manda saludos. Bueno, a toda tu familia en realidad —Dijo Marcus sonriendo de nuevo.

Siempre Juntos (Corrigiendo)Onde histórias criam vida. Descubra agora