Capítulo 7 (Corregido)

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(En multimedia, el despacho de Marcus)

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Pov Valery:

Hoy es miércoles, ¿o es jueves? La verdad es que últimamente no me he molestado en saber qué día es, llevo horas y horas buscando una oficina para poder trabajar. Es arriesgado porque soy una abogada "novata" si me comparas con el resto de compañeros que llevan años en este oficio, pero dado que me han echado del bufete y necesito ingresos para vivir, debo encontrar una oficina donde instalarme y recibir a mis futuros clientes.

—Mira, he encontrado uno muy bonito y en el centro de la ciudad. Lo malo es que demasiado caro, se pasa del presupuesto —Dijo Nicky tecleando en la tablet y luego mostrándome las fotos de la oficina.

—Uf, creo que lo de encontrar una oficina para mí sola va a ser más complicado de lo que pensaba —Me quejé recostándome en la silla y frotándome los ojos.

—Como dice la abuela: la esperanza es lo último que se pierde —Me reprendió Nicky elevando el rostro con una sonrisa.

Su comentario me hizo reír, es cierto que nuestra abuela materna siempre ha tenido una frase para daca situación. Siempre.

Justo cuando me disponía a preparar algo de merendar para las dos, alguien llamó al timbre. Yo estaba en la cocina de modo que Nicky fue quien miró por la mirilla:

— ¡Es Marcus! —Dijo Nicky antes de abrir la puerta y recibir a Marcus con los brazos abiertos.

—Hola renacuaja, la semana pasada nos diste un buen susto —Le dijo estrechándola en sus brazos y luego revolviéndole el pelo.

—Sí, lo sé y créeme que me siento fatal por ello. Pero ya le he prometido a Valery que mejoraré mi comportamiento a partir de ahora —Decía mi hermana con sinceridad.

—Por cierto, ¿dónde está ella? —Le preguntó él.

—En la cocina preparando algo para merendar, ¿te apuntas? Otra vez —Respondió el monstruito con una pequeña risita.

—La duda ofende, renacuaja —Dijo Marcus antes de dirigirse hacia aquí.

Yo ya había terminado de preparar un los sándwiches (unos ocho para ser exactos, cuatro para cada una) cuando él entró en la cocina. Giré la cabeza un momento hacia Marcus y le sonreía cordialmente, antes de ofrecerle uno de los sándwiches de mi tanda.

—Si coges aunque sea uno de la tanda de Nicky, ten por seguro que te lo hará pagar —Le aconsejé mientras me apoyaba en el mostrador y daba un mordisco al sándwich que tenía en las manos.

—Prefiero comer del tuyo —Dijo él, colocando las manos a ambos lados de mis brazos, aprisionándome entre su cuerpo y la encimera.

Luego dio un mordisco al sándwich y sonrió satisfecho.

— ¿Has ido al bufete esta mañana? —Le pregunté con disimulo.

—Sí. Y me he llevado una sorpresa enorme, al saber que ya no trabajas allí y encima me han encasquetado un tal Billy que parece no tener ni puñetera idea de qué hacer con mi caso —Me explicaba sin despegar sus ojos de los míos.

—Vaya, ¿y te han contado porqué yo no soy tu abogada? —Le pregunté de nuevo con una ceja enarcada y una media sonrisa.

Marcus aceró su rostro al mío y me dio un suave beso en la mejilla izquierda, luego me dedicó una de sus sonrisas moja bragas. De esas que usaba en el instituto antes de que comenzáramos a salir juntos.

—Sí, me han dicho que has preferido dimitir antes que abandonarme a mi suerte. Y eso me hace amarte aún más de lo que ya lo hago —Susurró a pocos centímetros de mis labios.

Siempre Juntos (Corrigiendo)Kde žijí příběhy. Začni objevovat