Capítulo 65:

714 45 5
                                    

Pasó una semana, la verdad es que fue bastante rápido, me sorprendía lo rápido que mi pequeña hija aprendía y crecía, cuando yo le hablaba, ella me miraba, aunque no me miraba directamente a los ojos, pero sí me miraba y apretaba mi dedo con una de sus pequeñas manos, era una niña fuerte por como apretaba mi dedo, ya se le había caído su cordón, pero aun así le ponía pañales que no toquen su ombligo ya que todavía le quedaban bien, ya no le quedaban tan sueltos como cuando nació, le quedaban justos, así que compré un par de empaques de pañales que sean un poco más grandes porque leí que los bebés crecen muy rápido y ahora que soy madre me di cuenta de que es cierto... Realmente me gustaba pasar tiempo con mi hija, Bernard venía muy seguido y a veces no me dejaba cuidar de ella porque decía que yo necesito descansar. Todo iba bien, pero a veces me sentía muy triste, y no era porque extrañaba a Bernard, él estaba siempre presente, así que no sabía por qué me sentía así, a veces lloraba por las noches sin que él se cuenta, lo último que quiero es preocuparlo, dejé a Bernalie con él para ir a ducharme y mientras el agua caía por mi cuerpo, sentí ganas de llorar y por más que intenté no hacerlo, rompí a llorar desconsoladamente, no entendía por qué si todo estaba bien, pero me sentía muy triste sin ninguna razón y eso me preocupaba.

Bernard:

Estaba observando a Bernalie en su cuna, que no dejaba de mover sus piernas, yo le sonreía y ella me observaba, pero de repente escuché un llanto que provenía del baño, era Bri, enseguida fui corriendo y toqué la puerta, ella no respondió, así que abrí y entré.

-Bri, cariño, ¿qué sucede? ¿Estás bien?-No hubo ninguna respuesta, así que abrí la puerta de la ducha y ella estaba agachada con las manos en la cara.-Cariño, ¿por qué lloras?-Me preocupé.
-Estoy desnuda, Bernard, sólo vete.-Dijo entre sollozos.
-No me iré hasta que me digas qué sucede.
-Te lo diré después de ducharme.
-Está bien, te espero en la habitación.-Salí y la dejé sola.

¿Un error o una bendición? (En Edición.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora