Capítulo 30:

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Luego de cinco minutos Addy y Gisselle regresaron, me dijeron que ya habían hablado con Lucianna, Dane y Dexter.

-Oigan, ¿tengo que ir a un salón específico?.
-Sí, si quieres te llevamos.-Me dijeron ambas.
-Claro, me gradué hace tres años, no recuerdo cuál es el despacho de la consejera escolar.

Caminé con ambas, automáticamente recordé cuando caminaba con mis amigas exactamente por este pasillo, mi casillero quedaba al final de este pasillo, ellas y yo siempre pasábamos tiempo en este pasillo porque era solitario y tranquilo la mayor parte del tiempo.

Subimos unas escaleras y caminamos por otro pasillo, recuerdo que mi salón de química era por aquí, el profesor era un tipo viejo y gruñón, bueno, aún lo es, porque aún trabaja aquí.

-Aquí es.

Nos detuvimos frente a una puerta un poco estrecha, qué bueno que aún mi barriga no está enorme, sería muy incómodo pasar por esa puerta...

-Gracias, chicas, son unos ángeles, en serio, les debo todos los favores del mundo.
-No te preocupes.-Ambas sonrieron.
-Bueno, mil gracias. Adiós, las veré el jueves.
-Adiós. -Se despidieron con la mano y se fueron.

Entré al despacho, wow, había olvidado que esto es realmente pequeño, , yo asistía a la consejera escolar una vez a la semana, esa mujer era una muy buena consejera, lástima que renunció tan pronto y tuve que lidiar con un consejero un poco pervertido, mis padres me obligaban a venir, les dije que el consejero una vez puso su mano sobre mi pierna y no me creyeron, me dijeron que yo había inventado eso sólo para no venir, pero lo cierto es que la última vez que vi a ese consejero le di una bofetada y salí llorando del despacho, menos mal nadie lo notó, ni siquiera mis amigas...

¿Un error o una bendición? (En Edición.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora