32. Una simple atracción... ¿O no?

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32. Una simple atracción... ¿O no?

—¿Estás seguro de que puedes con esto? —preguntó detallando su acento. El otro asintió, haciendo que unos pelos de su cabellera se movieran hacia un lado.

—Sólo prométeme que la traerás de vuelta —repitió el joven con los ojos llorosos—. No puedo vivir sin ella.

—Sí, sí, deja de lloriquear. Tu novia volverá —dijo moviendo una mano como restando importancia al asunto—. Sólo si haces lo que te pido. ¿Prometes serme leal?

Un sentimiento de duda se cernió sobre él. Pero luego pensó en su chica y asintió nuevamente.

—Lo prometo.

(...)

Dormía plácidamente. Los cabellos dorados algo despeinados, la sábana sobre sus hombros en un sentimiento cálido y pronto un riquísimo olor a chocolate se infiltró por su nariz. Sonrió ante aquél exquisito olor, haciéndole recordar muchas cosas a la vez. Se removió en la cama y lentamente abrió los ojos.

—Buen día, Lily —habló esa voz rasposa que tanto amaba la muchacha. De un extraño buen humor, sacó la sábana que cubría su cuerpo dejando que su piel hiciera contacto con el frío aire.

Vio cómo el ángel de gabardina estaba parado enfrente suyo con una bandeja bastante linda para lo serio que era un lugar como el búnker. Sonrió algo somnolienta.

—Hey, Cassie —saludó ella refregándose los ojos.

—Feliz cumpleaños —agregó con una sonrisa inocente.

Lily no sentía que su cumpleaños era tan feliz como aquellos que pasaba con su familia, pero debía admitir que tenía motivos de festejo. Se odiaba por la falta a su madre, pero había encontrado otra familia allí junto a Castiel.

El ángel por su cuenta, sonreía como si fuera un niño. Nunca antes había tenido una novia, o una chica a su lado que le quisiese, por lo tanto la mayoría de las cosas que hacía con Lily eran nuevas para él. Por ejemplo aquél desayuno en la cama. Amy le había dicho que sería una buena idea hacer tal cosa y le ayudó a llevar a cabo el plan. Quería sorprender a Lily. Quería que ese día la pasase genial.

—Gracias —respondió ella con una triste sonrisa. Antes de enfocarse en las desgracias que podían contener su cumpleaños, observó la bandeja del morocho y sonrió con más alegría—. ¿Qué tienes ahí?

El ángel dejó posar sus ojos en la bandeja y luego los unió con los verdes de la joven.

—Tu desayuno especial —respondió sentándose a su lado—. Hay una taza de chocolate caliente —señaló la misma con su dedo índice—. Un vaso de jugo orgánico, lo hizo Amy —Lily sonrió, recordaba que su amiga siempre comía cosas orgánicas—. Y un pedazo de tarta, Dean la quería pero logré convencerlo para que te la dejase.

Castiel explicaba su pequeño regalo, como si fuera un niño. Tanta ternura le hacía sonreír a la joven. ¿Cómo era posible que dentro de todos los humanos, Castiel la hubiera elegido a ella? No lo sabía, tal vez había sido una coincidencia... O tal vez no.

Colocó su pequeña mano sobre la mejilla del morocho y con ternura lo acarició, antes de colocar un suave beso en sus labios ásperos.

—Es perfecto, Cas —indicó la joven tomando la taza de chocolatada y dándole un buen sorbo—. Mmh... Está delicioso —comentó saboreando y con los ojos cerrados.

Castiel sonrió. Esa no era la única sorpresa que tenía preparada para Lily, pero al ser la primera era la que mejor podía ver el efecto que producía en la rubia. La pequeña sonrisa que salió de los labios de Lily fueron suficiente prueba para el ángel de seguir con el ideal perfecto del día. Castiel no quería que la joven sufriera más, ya suficiente con el día anterior, por lo tanto la función de todos los planes de aquél día era para distraerla de las cosas que podían herirle o hacerle sentir mal.

Black Wings [Supernatural]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang