18. Uno con el otro

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18. Uno con el otro

El arcángel asintió a su nombre con otra sonrisa sarcástica. Luego hizo una reverencia hacia la muchacha quien estaba algo agitada con la aparición del castaño. Los dos se levantaron dejando atrás el pasto aplastado por sus cuerpos y se reunieron con Gabriel.

-Sí, Cassie, ese es mi nombre. Me alegra ver que no te lo olvidaras mientras no estaba en la zona -contestó simpático mirando especialmente a la rubia.

Lily sonrió, no conocía a los ángeles, solamente a Cas, pero algo le decía que aquél arcángel no era como el morocho. Parecía más suelto en cuanto a su personalidad y más gracioso. Tal vez si hacía referencia a alguna serie o película, Gabriel la entendería.

El arcángel usaba una camisa verde clara y sobre ésta una campera marrón claro, debajo unos jeans con unas zapatillas con cordones blancos. El estilo de vestimenta también era muy diferente al de Castiel, quien usaba una corbata azul, un traje color negro con una camisa blanca debajo y la gabardina sobre éste.

Lily no sabía qué hacer o decir. No lo conocía. Estaba feliz de que hubiera salido de su dimensión y que Moah no, pero eso no le daba información sobre cómo hablarle a Gabriel.

-Y esta belleza debe ser Lily Winchester -comentó el castaño observándola de arriba a abajo con una sonrisa. Lily, por alguna razón, no estaba incómoda ni enojada. Luego él le tomó la mano izquierda y la besó—. Es un gusto conocerte, rubia.

-Lo mismo digo.

Castiel quien observaba la escena más que nada, sintió un ardor en su pecho contra su hermano. Seguía aprendiendo de las habilidades humanas y estaba más que agradecido de que Lily fuera su instructora, pero ese ardor era más vengativo e iba hacia el arcángel.

Tomó un paso adelante y soltó el agarre entre Gabriel y Lily con una mirada dura que sorprendió a ambos sujetos.

-Déjala -ordenó después, aunque no sonaba tan duro como pretendía.

-Tranquilo, Cassie. No robaré a tu chica -comentó guiñándole con un ojo. Juntó las manos como un aplauso y luego miró a la rubia y al morocho—. Lamento haberlos interrumpido en su tierna demostración de amor, pero hay que ponernos a trabajar.

-¿Trabajar en qué? -preguntó dulcemente la muchacha.

-En cómo detener a Moah -contestó con seriedad—. Si bien está atrapado en tu dimensión, lo cual no tienen que agradecerme -agregó con una sonrisa-, tarde o temprano encontrará un modo para entrar aquí. Y cuando lo haga queremos estar listos para eso.

-Pero si logra salir de mi dimensión, buscará a sus hermanos -compartió la rubia los conocimientos que había adquirido del Seguidor gracias al libro que Sam le había traído hacía tiempo—. Él quiere reunir a su familia, ¿sabes qué tengo que ver yo en eso?

-Sé más de lo que piensas, Barbie. Pero debemos ir con tus hermanos así explico todo de una -dijo el arcángel.

Sin tiempo para dejarle a Castiel o a Lily protestar, con dos dedos tocó a cada uno en la frente. Al abrir los ojos ya no estaban en esa romántica colina, con el rocío refrescando el ambiente, con las miradas perdidas en el otro... En ese momento tenían a dos pares de ojos verdes fijos en los dos como si estuvieran regañándolos.

Estaban en problemas.

(...)

Media hora antes...

Dean dejó el Impala en el estacionamiento enorme de su Baticueva. Cada vez amaba más ese lugar. El búnker de los Hombres de Letras era una de las cosas buenas que habían salido de su vida, ahí tenía un hogar y todo sobre lo sobrenatural, ayudándoles en su trabajo.

Black Wings [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora