26. Un vacío negro

2.3K 189 60
                                    

26. Un vacío negro

—Detente, Moah —habló una voz que el morocho conocía.

El diálogo le impidió al Seguidor continuar con la tarea de matar al ángel. Se giró lentamente para ver al tercer participante de la pelea, pero en ningún momento dejó que su postura de ataque mortal a Castiel se moviera. El ángel intentó moverse y zafarse del agarre del ángel caído pero pocas fuerzas tenía para hacer tal cosa.

Gabriel miró con seriedad al británico. Tenía su espada de arcángel en una mano y una postura decidida. Estaba decidido a pelear por su hermanito y por el mundo, nuevamente se veía en el rollo de salvar al planeta incluso cuando creía que ya había dejado eso atrás con la pelea contra su otro hermano, Lucifer.

—Oh, Gabriel —exclamó el Seguidor cuando lo identificó con tranquilidad como si su aparición no cambiara las cosas—. Puedes quedarte a un lado, si deseas observar el espectáculo. Luego te toca a ti.

—Déjalo ir —demandó el castaño claro.

Castiel se sorprendió al verlo tan serio, la única vez que recordaba que Gabriel había actuado con tanta seriedad era cuando hablaba con Dean sobre cumplir los roles que le había dado el destino, de ser los recipientes de Lucifer y Michael, de seguir el libreto y luchar. Solo se ponía así cuando hablaban de su familia.

—¿O qué?

Soltó la gabardina del muchacho dejándola arrugada por el fuerte agarre. El ángel cayó hacia atrás debido a la poca fuerza acumulada y al estrépito del movimiento. Esa vez se volvió hacia el arcángel con toda su postura decidida a pelear contra él. Castiel no quería que su hermano saliera herido por su culpa, ya muchas personas habían gastado su vida por él. Pero no tenía fuerzas para impedir la pelea que se iba a desencadenar.

Moah levantó la espada dorada en el aire, de repente el cielo encima de ellos, producto de alguna memoria humana, se oscureció dando lugar a una terrible tormenta. Cayó agua a torrenciales, empapando a los tres en el lugar. A Castiel se le hacía muy difícil ver con claridad la situación gracias a las enormes gotas de agua que caían sobre sus ojos, a Gabriel no parecía irle mejor. El Seguidor se mantuvo posando, como si fuera la Estatua de la Libertad con su espada en alto y dejando que la lluvia se encargue de ahogar a sus enemigos.

Unos minutos más tarde, la tormenta cesó, dejando al británico más que confundido. Al ver que su mano en alto no producía la tormenta la bajó confuso y miró su espada como si estuviera defectuosa. Gabriel aprovechó para armarse y remangar su ropa a fin de estar más cómodo a la hora de atacar.

Pero otro personaje tomó escena, sorprendiendo aún más al Seguidor y a los otros dos ángeles. Eligor estaba parado cerca de Gabriel, a unos metros, con una cara demasiado seria y la mano izquierda levantada como si estuviera pidiendo el alto a su hermano. Moah lo miró y entendió por qué su tormenta había parado tan repentinamente. Fue producto de su hermano.

—Eligor, ¿qué se te ofrece? —preguntó cortés aunque ambos sabían que detrás de esa falsa cortesía había enojo por a haber interrumpido el espectáculo vanidoso del Seguidor.

—Sabes por qué estoy aquí, hermano —contestó él serio. Bajó la palma izquierda y caminó hacia el británico—. He venido a evitar un desastre.

—Siempre siendo el bondadoso, Eli —el castaño iba a protestar por su apodo, pero lo dejó pasar, quitaría la seriedad que le estaba dando al asunto—. Pensé que hacía bien en dejar encerrado a Ashtaroth, ya sabes él siempre tan violento y competitivo... Pero no pensé que tú te atrevieras a oponerte a mí. Después de todo, siempre estabas a mi lado en la Edad Media.

Black Wings [Supernatural]Where stories live. Discover now