Eras tú... [Levi X Petra].

Capítulo 30: Somos una familia.

La pierna del capitán estaba a punto de sanar, afortunadamente no necesitaba operación y al cabo de cuatro semanas estaba casi como nuevo, se había quedado en la casa de el padre de Petra mientras se recuperaba, el señor Ral le detestaba, pero estaban llevando la fiesta en paz por el estado de Petra.

Tenia ya 9 semanas de embarazo y el vientre comenzaba a abultarse poco, ella era feliz y radiante, a pesar de que cuando veia a Levi su expresión se volvia un poco fria.

El capitán habia intentado hablar con ella, pero se negaba, la castaña siempre le recalcaba que ni todas las palabras del mundo la harían volver a creer, que si en verdad la quería tenia que demostrarlo con acciones.

Y lo peor de todo es que Levi era todo un inexperto en ese espectro del demostrar cariño abiertamente.

Con Petra todo había sido diferente, desde que la conoció su modo de actuar y tratarla habia sido completamente distinto, él volvia a tener expectativas hacia alguien más, volvia a sentir que merecia la pena esa vida de mierda, era increible saber que cuando saliera alguien estaría esperando a su regreso, ella le había mostrado por primera vez lo que era querer a alguien de una manera romantica, había experimentado los celos, la rabía y hasta en cierto punto volver a vivir el terror y la decepción de perderlo todo.

Ahora él tenía algo más porque luchar, su hijo y el amor de su mujer.

Como ya podia caminar con la ayuda de un bastón, él arreglaba ciertos puntos de la casa donde ella no podía.
Mientras limpiaba una lampara de la parte superior, escucho como unas pisadas se detuvieron en la entrada de la cocina.

-No vengo a sermonearte pues sé perfectamente que no eres alguien que aprende en cabeza ajena- dijo la voz masculina.

Su suegro lo veia con una mirada pesada.

-¿Qué es lo que quiere?- dijo él mientras seguia su trabajo.

-¿Como planeas que esto termine?.

-¿Perdón?.

-¿Qué harás cuando mi nieto nazca?.

Levi dejó el trapo sobre la mesa del comedor y se bajó lentamente de la escalera agarrandose de la pared para no caer; tomó el bastón y se dirijió donde el padre de Petra estaba, se puso frente a él y lo miró a los ojos.

-Irme con ellos.

-No me digas.

-Así es señor, Petra y mi hijo vendrán conmigo.

-¿Donde planeas vivir con ellos?.

-En la legión de reconocimiento.

-¿Crees que mi hija va a querer regresar ahí después de todo lo que le hiciste pasar?; realmente no sé si eres tonto o te haces de la vista gorda, pero ella ya no te ama, solo estás aquí por compasión, a ella le da igual si vives o mueres, la destrozaste y es algo que ella jamás te perdonará, es como su madre, guardan las cosas pero siempre lo notaras en su comportamiento, cuando algo las hiere de verdad se vuelven frias como el hielo y tú hombrecito, perdiste toda oportunidad de estar con ella.

Levi se quedó callado, era verdad, ella no había sido calida como antes ni una sola vez, lo atendia y checaba pero él sentia que era por obligación y no por preocupación, pensó que ella lo había perdonado pero al parecer no era así.

-Sé perfectamente que su hija merece a alguien mejor Señor Ral, pero creame que Petra es todo lo que tengo en esta miserable vida, y ella me esta dando la oportunidad de tener un hijo, algo que jamás crei que me fuera a suceder, ella es la razón por la que estoy aquí, y si jamás me va a perdonar lo acepto, fue mi error y asumo las concecuencias pero eso no implica que yo la voy a dejar de querer, la amo señor Ral, Su hija es la mujer de mi vida, ella, mi hijo y yo somos una familia y no descansaré hasta que ella vuelva a ser la que era antes de que yo cometiera esa estupidez, asi me lleve años; porque ella vale la pena.
Haré que vuelva conmigo, tiene que regresar a la legión, será capitana de escuadrón, es la mejor cadete de la generación 100, así que no me importa si me tengo que arrastrar con ella, volverá junto conmigo.

El padre de Petra le dedicó una risa.

-Vaya niño, me dejaste sin palabras.

Mientras tanto, una sonrisa y una lagrima aparecian en el muro de frente, una futura mamá estaba rebozando de felicidad.