Y me terminaste gustando #1

46.

EDITADO 30.07.21

DAVID

Estaba tumbado en mi cama con los ojos cerrados, mientras mis canciones favoritas se escuchaban a través de mis auriculares. La mayoría de ellas eran de artistas como Pol Granch, Funzo y Baby Loud, Charlie Puth, Bad Bunny, Myke Towers, entre otros. La verdad que tenía un gusto musical de lo más variado.

De repente, Álvaro me quita uno de los auriculares y me grita al oído "David".

— ¡Me cago en tus neuronas!— salté de la cama.

—¿Me tengo que ofender?— enarcó una ceja.

— Ah, espera. Buena pregunta. ¡Porque no tienes ni media neurona!— exclamé y bajé la mirada a mi móvil, para desconectar la música—. Me debes un trasplante de tímpano—me levanté de la cama y me dirigí al escritorio donde se encontraba mi botella, la cogí y la abrí.

— Irene ha vuelto— me soltó de repente, y se me cayó la botella al suelo justo antes de darle un sorbo.

—¿Qué?— pero había oído estupendamente. Irene, mi hermana había vuelto. Iba a verla después de tantos años de sufrimiento, de añoranza,... Me pregunté si su piel seguiría estando igual de suave que siempre.

— Sí tío, el plan es el siguiente— y comenzó a contarme un sinfín de ideas que no terminaba de entender con tan solo una explicación. 

IRENE

Pasamos una tarde de lo bastante aburrida. Eva y Juan Carlos se habían quedado en el hospital, Dani y Jesús estaban con sus móviles viciados, y yo en cambio, me dedicaba a hacer zapping .

— Me estás poniendo nervioso— me dijo Dani—. Te vas a cargar el mando...¡Luego me dices a mi!— le miré y le fulminé con la mirada.

— Hombre, si se te escurre el mando de las manos cada dos por tres y se te cae al suelo...Aún no entiendo cómo no se ha roto...— sacudí con la cabeza.

— Eh, para el carro— me soltó—. No es mi culpa que nuestro mando sea suicida.

— Tampoco es culpa de tu madre que hayas salido con las manos llenas de mantequilla— me burlé yo.

— ¿Tú quieres que te pegue, verdad?— me amenazó.

— JAJAJAJA. No— paré de reírme de golpe y comenzó a sonarme el móvil—.Es Yasmina— dije y descolgué.

— Hola nena.— me saludó nada más descolgar.

— Hombre, hola guapa. 

— ¿Estás haciendo algo interesante o estás desocupada?— me preguntó y sonreí al instante. Se olía a planazo.

—Si meterme con Dani no es algo interesante para ti, entonces sí, ¡estoy desocupada! ¿Algún plan?— escuché una risita floja desde la otra línea.

—¡Siiii!— exclamó al segundo. 

—Pues vengaaa dímelo.— insistí, necesitaba salir de esa casa.

— Como bien sabes, lo dejamos Dani y yo, y bueno, ahora estoy con alguien.

— ¡QUÉ! —grité sorprendida. Los chicos me ignoraban tanto que se lo agradecí.

—Verás,  es una historia muy larga.Quedamos y te lo cuento todo.

— Genial, pasa a por mí en cuanto antes.