U L T R A V I O L E N C E [GAY ROMANCE]

Capitulo 20: Historia sobre dos amantes

Las más grandes ironías no vienen ni se encuentran en los libros, las más grandes ironías se dan en la vida, mientras más joven eres, más irónica se vuelve y mientras más irónica se vuelve más complejos te retienen, seria tonto recordar mi niñez y decir que no fui feliz, aunque era solo un niño aprendiendo de la vida, mientras iba recogiendo las piedras sin pensar demasiado, solía saltar en los charcos y esperar que el agua mojara mi cara, salpicando mis zapatos y jugando bajo la lluvia.

Quizás una de las más grandes ironías que me lleve fue la sorpresa de ver que el amor de mi vida estuvo frente a mis ojos un tiempo y si, era un hombre, alguien realmente atractivo y cariñoso... mi papa, recuerdo siempre mirarlo y querer estar junto a el todo el tiempo y aunque no siempre era el mas compresivo, era el hombre más guapo para mis ojos, es ridículo pensar que crecemos buscando a alguien que compense las características de nuestros padres pero yo me sentía seguro cuando me cargaba y me hacía cosquillas.

Recuerdo bañarme con el y mirarlo desnudo y aunque tan solo era un niño, me sentía interesado en saber por qué era diferente a mi cuerpo, veía en mi padre la idea de crecer y ser como el, la idea de vivir como el y la razón para ser como el, pero... un niño que quiere tanto a su papá nunca puede olvidar el momento de cuando se marcha sin decir adiós.

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-¿Como estás?- pregunté tratando de contener la vergüenza en mi cara.

-Salte del árbol tratando de sostener la cuerda-

-No pensé que fueras a hacerlo- le dije -después de todo-

-Bueno... yo tampoco creí que volvería a verte-

-No creí que quisieras verme tampoco-

-Gillian... si vas a pedir perdón entonces hazlo, por qué es incómodo estar junto al amigo que nunca me visitó cuando estaba en cama-

-Tienes razón- dije -Lo siento- las palabras salieron como un impulso -yo no supe que hacer, ni que decir, por eso no tuve el valor de visitarte por qué tampoco tuve el valor de defenderte-

-¡No es del todo tu culpa!- exclamó -eres un cobarde- sin más el momento se disipó.

-Lo soy- baje la cabeza

-Te perdono- dijo Corey y en ese momento mire hacia el -por qué estás aquí ahora, amigo-

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Cada quien cuenta una historia según lo que vive, según lo que vivimos y según lo que esperamos que pase, yo por un lado prefería esperar a ver qué sorpresa podía contener cada día, fuera buena o mala, con una resaca o con una gran cogida, una sorpresa era una sorpresa y aunque había más decepciones que buenas, yo intentaba congelar el tratar de satisfacer a todo el mundo con mis historias, por qué sabía que algún día simplemente moriría y aquella persona que supiera de mi también y a la que el contará mi historia y así sucesivamente lo harían, alguien una vez me leyó "La teoría de los encantos" la historia de un niño y un monstruo, la historia de un ángel y todas las bellezas mortales que envolvían el mundo, puedes ser un humano y elegir convertirte en  el monstruo que vive bajo tu cama o puedes ser un humano y atormentar siempre a tu ángel guardián, de todas formas siempre terminaras siendo un hijo de perra.

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-¡Te extrañare mucho Rojo!- me dijo Carmen en un abrazo y luego se dirigió a Billy y a Eddie -Ustedes deberían sentirse avergonzados, ¡son un par de idiotas!-