Nos vamos al chiringuito, dando un paseo por la orilla y salpicándonos, Darío se queda apartado de los demás, se agacha y coge arena, espera a que nos despistemos y nos la lanza, nos hicimos un poco los locos pero en cuanto dejó de prestar atención lo agarramos entre todos y lo metimos en el mar con la camiseta, se le marca todos los músculos y lo que no son los músculos... a los pocos segundos se va corriendo para Zaira y le abraza con la camiseta mojada para fastidiarla, ella hace como que se cabrea pero en el fondo le encanta, llegamos al chiringuito, las chicas pedimos un caipiriña y los chicos mojito.

Un joven camarero es el que nos atiende, no para de mirarme, es alto moreno y con los ojos marrones, y una barba de un par de días, me resulta familiar a alguien conocido, se acerca a mi.

-Chica ¿quieres otro?- me pregunta mirandome con esos ojazos.

- No gracias llevo todo el día bebiendo- le digo.

Él me insiste

- Venga tonta que yo te invito-

- Bueno anda- le contesto

-Por cierto soy Pablo y tu ¿cómo te llamas?-

-Mmm... para ti la chica de la barra -le conteste con una sonrisa.

-¿ La chica de la barra?.- me pregunta algo extrañado

-Sí, la chica de la barra, mi nombre solo se lo digo a personas especiales y tu de momento... bueno quien sabe.- lo digo en el aire.

-¿Cuántos años tienes chica de la barra? - me dice sonriendo

-Tengo 16 casi 17 y ¿tú? Le pregunte.

- Yo 20 ¡ah! bueno.

Estamos un rato hablando.

- Termino de trabajar a las 21. 00 te invito a cenar y seguimos hablando.

No quería nada con él pero necesitaba un amigo y conocer gente.

- Vale, me parece buena idea

- ¿ A qué hora quedamos?

- A las 10.00 en el parque de la estrella- le digo sonriendo.

-Vale perfecto chica de la barra, hasta luego.

- Adiós.

Me ducho, me arreglo y voy para el sitio de la quedada ahí llega el con un audi TT descapotado me pita y subo en él, lleva puesta la radio y suena en estos momentos bailando de enrique iglesias, me lleva a un lugar cerca del puerto, aparca y nos bajamos, me venda los ojos con una tela suave, me indica el camino para que no me tropiece. Cuando llegamos me quita la venda, hay un camino de pétalos de rosas desde arriba del puerto hasta la playa y al final hay una mesa con un mantel fino con dos sillas, una botella de champán y una rosa en el centro, de fondo suena una música lenta y tranquila para acompañar el momento.

Es una velada romántica, con un chico guapo, en la playa, música de fondo, champán y una dorada a la sal hecha al horno, es todo perfecto,no falta ni un solo detalle, bueno sí que él no es Hugo, él chico de la moto, el chico de 18 años con una sonrisa perfecta.

Cuando acabamos damos un paseo bajo el reflejo de la luna llena, por la orilla del mar, el me sujeta los zapatas con una mano,mientras que con la otra me da la mano, me siento un poco incomoda, tengo miedo, estoy confusa, no que realmente siento por él, y no le quiero dar muchas esperanzas. Deja caer a la arena los zapatos, me suelta de la mano sigilosamente y con movimientos suaves me coge en brazos, de momento no quiero estar con él, pero es tan dulce, se va acercando poco a poco a mis labios estando a centímetros y me da un beso, me hecho un poco para atrás, no quiero hacerle la cobra, ni hacer que sienta mal, me ha encantado la sorpresa, pero no estoy preparada para una relación. Él insiste, no separa sus labios de los mios, definitivamente le sigo el rollo, estamos unos segundos inquietantes sus labios con los mios, y al cabo de un rato me suelta, me da la mano y volvemos al lugar de la cena.

Cogemos el coche, ahora me lleva a una terraza nocturna, me invita a una copa para rematar la noche, estamos un rato hablando sobre nosotros, ha pasado todo muy pronto, hoy mismo nos hemos conocido, nunca me ha pasado eso, no soy una chica sencilla la verdad. Son las 1.30, es tarde, así que decidimos marcharnos a casa ya, me abre la puerta del coche, me coge la mano, me ayuda a subirme, cierra despacio y se monta. Como toda una princesa, hasta la puerta de mi casa, es un caballero, después del viaje en coche, nos bajamos, me da las buenas noches con un beso,me pide el número de teléfono, se lo doy y entro en casa.

-Buenas noches- digo al entrar por la puerta.

-¡Hola!- es mi hermano Rodri.

Está jugando al GTA5 en la play4, los tiros se escuchan desde las escaleras.

-Baja le la voz a la televisión- le comento.

Me meto en mi habitación, me pongo el pijama y suena un Whatsaap sin nombre.

- Buenas noches princesa o mejor chica de la barra- me dice con un emoticono de un guiño

Miro la foto, es él, es Pablo.

-Buenas noches- le digo

Pongo el móvil a cargar, me echo en la cama, se me pasan millones de cosas por la cabeza,Pablo..., Hugo..., Los exámenes...
pero ninguna tengo la respuesta correcta, todas están con un signo de interrogación.

Pídeme que te bese Donde viven las historias. Descúbrelo ahora