6. Notas

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—Me voy. — dije bajando las escaleras de la casa y dirigiéndome a la puerta.

Me había cambiado rápido y parecía ligeramente presentable. Mi hermano se giró hacia mi preguntando a donde iba, solo mencione que era algo de la escuela y me dejo ir como sin nada. Decidí caminar y tal vez encontraría algo a lo que subirme.

—Ehh...guapa. — exclamó la voz de Ryan sin mucha seguridad. Me di la vuelta y lo miré. —Puedo llevarte, no quiero que vayas a pie o en autobús a la escuela, creo que va a llover.

Una sonrisa amenazaba en asomarse en mis labios, pero la aguante, no podía dejar mi orgullo sólo porque es Ryan. Pero es que él no era parte del problema que había pasado hace algunos minutos antes.

—Ajá. — dije siguiéndolo hacia su carro rojo. Él me abrió la puerta del carro y yo subí y la cerré. Arranco el carro y después de un corto tramo le decidí preguntar. — Sólo por curiosidad ¿Que marca es tu carro?

—Ford Mustang Fastback del '65.

—Ok...carro rojo del mejor amigo de mi hermano. — se le salió una risa divertida a lo que yo sonreí. No hable por un rato.

— Quiero que sepas que tienes razón. No me había dado cuenta de que somos igual que Andrés. Ah y siento lo de tu celular.

—Realmente fue mejor eso a que mi madre se enterara.

El tramo que faltaba para llegar a la escuela fue en silencio. No estábamos molestos el uno con el otro, pero eso parecía. Quería contarle lo que paso realmente la noche anterior pero no era capaz, quería que Ryan me viera como alguien "rebelde", nada comparado a como me conoció, callada y tímida. Y si se lo contaba, me estaría exponiendo a ser de nuevo la hermana pequeña de su mejor amigo. Así que no dije nada hasta darle las gracias por llevarme y bajarme del auto.

—Lo siento, señor. Lo olvidé por completo, no fue mi intención, pero ya llegué. — dije entrando en el aula.

—¡Hello!

Maldición.

Un chico rubio, alto y un poco flaco estaba sentado en la banca más cerca del escritorio. Poseía una sonrisa tímida, yo trataba de recuperar las fuerzas por correr desde la entrada hasta el salón así que apenas y le dedique una pequeña sonrisa. Su nariz tenía un color rojizo, probablemente no estaba acostumbrado al frio de Canadá

—Ah... — ¿Cómo se llamaba? Ah sí. — ¿William?

—Si. ¿Allison?

Señale el escritorio mientras caminaba para sentarme sobre el, normalmente me regañarían por eso pero era sábado y no había profesor alguno. Había una nota pegada en el escritorio la cual citaba con perfecta ortografía un: "Llegas tarde, lleva a William a conocerse mutuamente. Si no llegas te bajo un punto" Mire al chico el cual solo sonrió.

—Bueno, pues que esperamos señor londinense. Yo no quiero estar un sábado por la mañana en la prisión que tengo casi todos los días. — dije saliendo del salón.

El corrió para alcanzarme.

—Y. ¿A dónde iremos? — me pare en seco.

—No lo sé, sólo fuera de aquí. — busqué mi celular en mi bolsa, pero luego lo recordé. Mierda, allí guardo el dinero, entre la funda y el celular, bueno que más da iré al negocio de mis padres, ni que me cobraran por vivir.

—Eres extraña. — comento con un bonito acento.

—Me gusta ser extraña.

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Chicas Vs Chicos // COMPLETAOnde histórias criam vida. Descubra agora