Joshifer: "...a very different love."

Unexpected

Sonrío mientras Driver apoya su cabeza en uno de mis muslos y suspira pesadamente, para después cerrar sus ojos azules y caer en un profundo sueño. Está demasiado cansado puesto que el paseo de casi una hora y media lo ha dejado reventado. Doy gracias a que el sofá es lo suficientemente grande para que nuestros dos cuerpos quepan y podamos estar cómodos.

Estoy tumbado mientras veo un partido repetido de los Kentucky Wildcats. Me acomodo el cojín que yace justo detrás de mí, doy un trago a la cerveza que tengo en la mano y vuelvo a ponerme en posición para disfrutar de la tranquilidad que se respira en el ambiente. Pocas veces me envuelve un silencio como este y quiero aprovecharlo. No intento moverme mucho ya que Driver está prácticamente encima mío y no quiero molestarle.

Un suspiro profundo se escurre de mis labios y mis ojos entrecerrados me indican que estoy a punto de dormirme. Los párpados caen perezosamente y dejo escapar un bostezo. Deposito la botella en la mesa y mis brazos caen muertos a los lados de mi cuerpo. Sé que no tengo ningún tipo de preocupación en estos momentos porque todos los proyectos a corto plazo que tenía se han acabado. Los horarios a los que debía regirme han desaparecido junto a los dolores de cabeza. No tengo que viajar a ningún sitio, ni promocionar ninguna película. Tampoco estoy grabando nada y por una vez en mi vida siento la paz que necesitaba desde hace mucho tiempo.

Simplemente soy yo. En mi casa, con mi perro y con mi chica. Haciendo lo que yo quiera y cuando quiera. Esto para un actor no es nada fácil porque casi siempre estamos lejos de nuestro hogar. Y de vez en cuando necesitamos un respiro, un momento para nosotros. Un lugar dónde lo único que debe rodearte es la compañía de tu familia y amigos más cercanos.

Jennifer también lleva unas cuantas semanas de relax por lo que estamos las veinticuatro horas del día juntos. Y es increíble pero no consigo saciarme de ella. Llevamos un mes sin salir de Los Ángeles y por primera vez tenemos una estabilidad que antes era imposible de conseguir. Me refiero a los múltiples viajes que nos hacen estar a kilómetros el uno del otro, por supuesto.

Eso es lo que me resulta más difícil de todo lo relacionado con mi trabajo. Las escenas peligrosas, los diálogos infinitos o las condiciones temporales a las que te puedas afrontar mientras grabas en un país desconocido, no se puede comparar a lo difícil que se me hace el estar lejos de ella. Dos semanas o incluso un mes entero sin poder verla o besarla a cada minuto que pasa.

Todo lo demás me parece insignificante porque no hay reto más complejo para mí que no poder estar a su lado en cualquier momento del día. Y ya lo siento, pero me he acostumbrado a tener su cuerpo todas las noches durante un mes seguido y no estoy dispuesto a renunciar a ello.

El cambio de luz del salón me indica que el atardecer está acabando, llegando con él la noche. Así que decido encender una lámpara del comedor con una sutil y tenue iluminación. Driver se levanta rápido por el sonido de unas llaves al otro lado de la puerta principal. No consigo verlo pero sé que está sentando moviendo la cola de un lado para otro y esperando con ansias a su medio dueña. Porque es cierto que el pitbull sólo me obedece a mí, no obstante ha cogido mucha confianza con Jen.

La escucho entrar y reír a carcajadas porque seguramente Driver se habrá lanzado sobre ella para recibirla. Al instante sonrío con ella porque siempre acaba contagiándome el precioso sonido de su risa. Saluda efusiva a nuestro perro, que da un par de ladridos por la excitación, y al mismo tiempo oigo como intenta calmarlo dándole unos golpecitos en el lomo.

"¿Josh?"

Por el eco de su voz sé que se ha dirigido a la cocina. Decido romper con la pereza que reside en mi cuerpo y me levanto del sofá para caminar descalzo hasta el lugar dónde se encuentra Jennifer. Cuando entro, veo un par de bolsas encima de la isla de la cocina y observo como su cuerpo está de rodillas intentando meter algo en la zona baja de la nevera.