Bienvenida

1.3K 79 13
                                    

Un mes sin Josh en casa. Un mes sin ver su preciosa sonrisa o escuchar sus ronquidos mientras me abraza extremadamente fuerte por las noches. Cómo si me fuera a ir alguna parte estando él a mi lado. Estaba loco si pensaba algo así.

Llevaba cinco semanas sin abrazar, besar,  tocar, acariciar a mi marido. Estaba demasiado acostumbrada a su presencia, tanto que nuestro hogar daba un giro de 180 grados si él no estaba. Y quién más lo notábamos en estos días éramos Driver y yo. El pitbull de avanzada edad le echaba mucho de menos. Conmigo estaba bien pero cada vez que le acariciaba, sus ojos azules me pedían a gritos que su dueño volviera a casa. Con Pippi se entretenía y jugaban de vez en cuando, no obstante le faltaba su Josh.

Igual que a mí.

Nunca habíamos estado tanto tiempo separados. Es decir, no desde que estábamos juntos. Siempre intentábamos acordar que los rodajes fueran relativamente cerca de donde vivíamos. A lo mejor estábamos algunas semanas fuera de casa cuando nos tocaba ir a otro estado del país, pero sólo eso. Un par de semanas como mucho y volvíamos a estar juntos. Cinco semanas se me estaban convirtiendo en una eternidad.

Sin embargo, comprendía la situación porque esta no era una película cualquiera. Josh era el director y tenía que permanecer durante un mes y una semana en Londres para estar al corriente de todo. El orgullo no cabía en mi pecho al ver que la persona que más quería estaba haciendo lo que realmente le gustaba. Estaba cumpliendo su sueño. Su propia película.

Es cierto que lloré como una niña pequeña cuando lo vi marchar con las maletas. No me atreví a acompañarle al aeropuerto porque sabía que no le iba a dejar marchar. No podía ser tan egoísta como para hacer eso, él había trabajado muy duro para estar dónde estaba ahora. Jamás me perdonaría que Josh no viviera lo que estaba viviendo por mi culpa. Por mucho que me doliera no tenerle cerca de mí, por mucho que me pasara las noches llorando como una imbécil.

Y es que últimamente, lloraba por casi todo. Mis padres se quedaron unos días en casa para que no estuviera sola con los perros y se sorprendieron de lo sensible que estaba. Nada más abrazar a mi madre lloré como si no hubiera un mañana. También cuando se me quemó en el horno un pastel de chocolate que estaba preparando para mis sobrinos. Ah y cuando le pisé la patita a Pippi en el jardín sin querer. Era probable que estuviera echando más lágrimas que en toda mi vida. Sin contar las veces que he llorado de risa, claro. Pero esto ya rozaba lo patético. ¿Tanta dependencia tenía de él? Me lo preguntaba porque los estados de ánimo estaban más inestables que cuando entraba en la adolescencia. Y ya era decir, porque aquella época fue la peor de todas. 

Me daba vergüenza pensar que Josh fuera lo único constante en mi vida. Era mi marido desde hacía dos años, sí. ¿Pero eso significaba que cada vez que él no estuviera me iba a derrumbar como una cría inmadura? Jennifer si esto es así, tienes serios problemas mentales. Más de los que ya sabía.

Las noches eran insoportables. No quería admitirlo pero era uno de los momentos donde más me derrumbaba. Durante el día podía distraerme con facilidad, no obstante las noches eran pesadillas hechas realidad. Y no poder hacerle el amor hasta caer rendidos era algo que me mataba sigilosamente. Echaba de menos que me chafara con el peso de su cuerpo cada vez que caía encima mío. Ni si quiera era molesto, era placentero.

Y sus besos en cada uno de mis lunares...

Iba a acabar loca. Por suerte sólo quedaba una semana para poder verle. Así que al contar el número siete del calendario me levanté contenta de la cama. Porque ese siete significaba que sólo quedaban siete días para aspirar su aroma.

En Los Ángeles hacía un día precioso así que decidí sacar a Driver y a Pippi a dar un paseo. Era temprano y me perdí por un bosque cerca de casa, por lo tanto no estuve al corriente de los paparazzi. Antes hacía running mientras ellos corrían detrás mío, sin embargo Driver ahora era más mayor. Eso significaba que se cansaba antes, por lo que ahora sólo caminábamos dando una tranquila caminata.

Joshifer: "...a very different love."Where stories live. Discover now