Joshifer: "...a very different love."

Liam's wedding

Me miro al espejo por quinta vez y me retoco el precioso semi-recogido que me han hecho Jill y Jordan, mis estilistas. Llevo varios retoques con pedrería color dorado y algunas ondas se escapan dándome un look más desenfadado. Adoro los peinados casi desechos, así que me suelto algunos mechones para que caigan y así taparme parte del rostro. El maquillaje es sencillo, colores neutros poco llamativos. Siempre me gusta ir más al natural cuando voy con vestidos color pastel.

Para esta ocasión, he decidido ponerme uno de color nude. El corte es estilo griego y realza mi figura. Jill y Jordan no lo podrían haber hecho mejor, me siento cómoda y segura con este vestido. Llevo algunos complementos de color dorado pero no son excesivos a la vista. Unas pulseras finas, un par de anillos elegantes y unos pendientes que se esconden tras los mechones de mi cabello rubio. Soy demasiado natural así que no me gusta ser explosiva en los compromisos como este.

Todo el mundo me había dicho que estaba preciosa, incluso Laura bromeaba esta mañana por Skype diciéndome que se haría homosexual nada más verme así. Ese tipo de comentarios me han subido el ánimo durante todo el día y han hecho que mi confianza esté por las nubes. No obstante, algo en mi interior no me deja estar todo lo bien que podría estar. Sé que la noche va a ser difícil, aunque sea un evento bastante importante para mí porque una de las personas más importantes de mi vida, se ha casado esta misma tarde con la mujer de sus sueños.

Estoy feliz por él. Se lo merece. En realidad, se merece todo lo bueno que le pase. No puede ser un chico más encantador porque sería prácticamente imposible. Durante los años que hemos trabajado juntos, siempre he tenido un cierto cariño especial por él. Ha sido como un hermano mayor para mí y sé que después de tanto tiempo, nada ha cambiado. Sigue siendo mi Bear, al que tanto adoro.

Miley se ve como una princesa cuando camina con él de la mano. Hace un par de horas se han dado el sí quiero y ahora me encuentro encerrada en el lavabo del restaurante. Liam decidió casarse en Australia, como era lógico. Así que viajé hace un par de días con mis estilistas para que me tuvieran preparada esta mañana para la boda. Se han casado por la tarde y el convite será cena y baile.

Y lo más importante, habrá barra libre.

De camino a la masía rural he ido con Woody en el coche. No ha parado de meterse conmigo porque dice que parezco una diosa griega del Olimpo y que si voy a quedarme embarazada de Hércules. Le he recriminado que no tiene ni puta idea de moda y que el vestido es lo más bonito que habrá visto en su vida. Además, aproveché unos días en la playa y el moreno de mi piel resalta el color rosado de la prenda.

Me vuelvo a mirar en el reflejo del cristal e intento imaginarme con una corona de laurel en el cabello, como si fuera una ninfa. Quizás Woody tenga razón y no me pega mucho este estilo tan característico.

Error.

Las inseguridades las he dejado en Los Ángeles. Además, estoy feliz. Liam ha vuelto a reunir a todo el equipo de Los Juegos del Hambre. No ha faltado nadie y cuando los he visto a todos, casi lloro de la emoción. Una acumulación de melancolía mezclada con frustración se ha producido en el núcleo de mi estómago y parece no irse.

Bueno en realidad, no he visto a todos. Falta Josh y su novia que, según Liam, se han perdido la ceremonia porque Claudia se encontraba mal. Pero en cuanto me ha dicho que vendrían para el convite, me he escondido en el lavabo como una puta cría.

Lo sé, no es normal ni lógico. Pero he sentido una especie de tranquilidad al decirme que no venían, no sé el porqué. Quiero ver a Josh, eso está más que claro. Le echo mucho de menos. Aunque no puedo imaginarme estar con él de la misma forma en la que estamos siempre cuando su novia está delante. Ambos cambiamos, actuamos de distinta manera y no me gusta. Sé que lo hacemos para que su chica no se sienta incómoda pero es que a la que más le repatea todo esto es a mí.