Capítulo 2

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Narrador omnisciente.

Tratando de pasar por alto la incómoda confesión recién vivida, lo héroes se dirigieron al lugar dónde no sabían con qué se encontrarían.

—¿No te parece sospechoso el de allá?— habló Ladybug, indicando a un hombre con ropa muy extravagante, sentado completamente solo en medio de una multitud.

—Sí, eso creo— respondió Chat Noir no muy interesado en el tema.

El pecho del gato dolía. Sabía que al terminar la misión escucharía las tristes y típicas palabras que se utilizan para rechazar a alguien, y lo peor, que la mayoría de las veces era sólo por compasión.

De seguro sus oídos no se privarían de escuchar el sutil "yo no soy para ti" que era realmente dañino, el doloroso "a mi me gusta alguien más", o el más certero "simplemente no podemos estar juntos", perfecto para su situación.

—Lo siento— dijo la peliazul en un susurro inaudible, pues la culpabilidad era mucha al ver a su compañero así, pero tampoco era capaz de hablar.

Sin más rodeos se acercaron sigilosamente al hombre que antes habían visto, que a todos les parecía un simple civil leyendo el periódico, pero los jóvenes percibían lo contrario.

—¿Ladybug y Chat Noir?— habló su objetivo despegando la vista del papel —¿Qué hacen ustedes por aquí?

—¡A-Ah, nosotros...!— exclamó la chica mirando al rubio en busca de una respuesta.

—Paseábamos— completó el felino mientras se aprovechaba del momento y pasaba su brazo por los hombros de ella —Ya sabes, buen hombre, no podemos andar siempre tras los malos.

El ambiente que desde lejos debía verse muy agradable, en realidad estaba repleto de una desconfianza pura. Ambos bandos observaban cada señal que les pudiera soltar el otro por error.

—Oh, entiendo— respondió el caballero, extendiendo su mano con la intención de que Chat Noir la tomara —Me presento, soy André.

Con desconfianza ambos héroes lo miraron, pero finalmente el felino se decidió por aceptar el extraño saludo.

—¡Eres un idiota!— soltó el tipo con una carcajada.

Al tener el mínimo roce con aquella mano, el rubio había quedado inmóvil en su posición mientras que Ladybug retrocedía y tomaba su yo-yo tras su espalda. Mientras, el hombre colocaba dos de sus dedos en la frente y el gato giraba mecánicamente hacia Ladybug.

—¿Chat Noir?— preguntó ella.

—My Lady— el tono del chico demostraba el miedo que sentía, aunque sus acciones no demostraban los mismo —¡No puedo controlar mi cuerpo!

De inmediato la chica dio dos saltos hacia atrás, mientras que Chat Noir intentaba resistirse a lo que el villano le demandaba hacer.

—¡Intenta controlarte!— le pidió la peliazul, un poco asustada por los movimientos con los que el enemigo se acercaba a ella.

Aparte de poder controlar al felino, también podía controlarse a él mismo y transportarse casi a cualquier lugar. Ahora la chica tendría que esquivar ataques desde dos lados.

La movilidad de la batalla lo hizo terminar dentro de la preparatoria. Los estudiantes corrieron, mientras que todo seguía estando en contra de Ladybug.

Vasto dar un paso en falso para terminar, al igual que Chat Noir, bajo el control total del enemigo. Era una victoria asegurada para el hombre que se hacía llamar André, quién miraba con toda calma como la situación estaba claramente a su favor.

—Veamos... Tengo bajo mi poder a los héroes de París, ¿qué podría hacer con ellos?— habló el hombre, sujetándose el mentón con una mano — Claro, ¡cómo no se me ocurrió antes!

Al ver como el akumatizado se mordía el labio inferior con un placer lleno de malicia, lo único que los superhéroes pudieron hacer fue temblar, aguardando que él completara su oración.

—Soy tan ingenuo, es obvio, ¡lo mejor es hacer que se maten entre ellos!

Tu pérdida |MLB|Where stories live. Discover now