#14

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Se sintió algo apenada por haberlos hecho esperar, se notaba que la esperaban desde hace un rato.

-Siento mucho la demora. -Se disculpó con todos en la sala.

El pelirrojo frente a ella no tardo en contestar. -No se preocupe, Kagome-San. -Le restó importancia al asunto. Llevó su mano a sus labios nuevamente y depósito un segundo beso. -La espera ha valido la pena. -Dijo con un significado oculto.

Sin soltar su mano, la guió hasta su asiento para después pasar al suyo, que para su suerte estaba frente a ella. Al ver que ya estaban todos reunidos, los sirvientes no tardaron en llevar la comida, Sesshomaru con un movimiento de su mano dio inicio a la cena.

• • •

La princesa del Este yacía sentada en su mullida cama observando a su hermano mayor parado frente a la ventana, sin mirar a algún lugar especifico. Shizuka rodó los ojos al imaginar que podría estar pensando. De verdad, ¿qué tenía esa insípida humana? O tal vez tanto el Lord como su hermano tenían mal gusto.

-Parece que al fin conseguiste lo que querías. -Habló por primera vez haciendo referencia a su matrimonio. La pelirroja esbozo una sonrisa gatuna y enrollo en su dedo un mechón rojo.

-¿A caso lo dudabas? -Preguntó mirando su espalda. Su hermano se dio la vuelta y la miro.

-A decir verdad, sí. -Admitió sin remordimientos. Eso la molestó, desde pequeña ella siempre conseguía lo que quería, su padre se lo daba, pero había algo que no le podía dar, sus tierras. Debido a la estúpida ley que dictaminaba que el primogénito sería el heredero. Shizuka, al nacer segunda, se le quitó ese derecho. Pero no se iba a deprimir por eso, tal vez no iba a ser Lady del Este, pero al casarse con Sesshomaru, iba a lograr lo que tanto había añorado, y mucho mejor.

-Pues esto te enseñara a no dudar de mi. -Recordó el episodio de la cena. -Por cierto, que bajo has caído. -Le reprocho haciendo que su hermano frunciera el ceño.

-¿De qué hablas? -Exigió saber aunque ya tenía una idea.

-Por favor, no soy ciega. -Se recostó de lado y apoyó su mentón en su mano. -De hecho, nadie en la cena lo era. Esta claro que te interesa esa humana. -Pronunció injuriosa.

-Y si así fuera, ¿qué? -Se puso a la defensiva. Shizuka rió un poco.

-Oh, nada. Solo creí que tendrías mayores expectativas. -Se burlo descaradamente. Su hermano apretó los dientes. En definitiva seguía siendo la misma de siempre.

La pelirroja lo pensó mejor y le llegó una idea. Su hermano le sería de utilidad, ya que si se casaba con esa humana se irían a vivir al Este y ella no tendría que verla todos los días, y así el riesgo de que se entrometiera disminuía totalmente. Su hermano se hace cargo de esa cosa y ella se quedaba con Sesshomaru. La idea era de su agrado, a excepción de la parte en la que implicaba convertirse en familia de esa mujer, serían cuñadas... Pero que más daba, como si fuera a recibirla con los brazos abiertos. Valía la pena ese sacrificio.

-Aunque...-Dice después de unos minutos de silencio. -Ese es tu problema, haz lo que quieras. -Se levantó de la cama y camino hasta quedar junto a Ryosuke. -Si de verdad te interés, pasa tiempo con ella, cortejala. -Propuso mirando atentamente sus reacciones.

-Pero tengo que pedirle permiso a Lord Sesshomaru para eso. -Se apresuró a aclarar. La pelirroja rodó los ojos.

-Ay, olvidate de formalismos. Yo me encargo del Lord. -Traro de tranquilizarlo y hacerlo acceder.

-¿Segura?

-Por supuesto, hermanito. -Posó una de sus delgadas manos en el hombro del príncipe. -Es más, mañana ve al jardín, se la pasa ahí la mayor parte del tiempo. -Ryosuke asintió, mientras que Shizuka planeaba el siguiente movimiento.

• • •

Observaba las nubes en compañía de la pequeña Rin en búsqueda de alguna forma en particular. En el rato que llevaban habían identificado una nube en forma de conejo y otra en forma de pez. Estar con la niña la ayudaba a despejar su mente de los pensamientos malos, pero siempre a pesar de los esfuerzos encontraban la manera de llegar a cierto peli plata.

Se imaginó el día que por fin Sesshomaru estuviera casado, sería el segundo peor de toda su existencia, es más ni siquiera estaba segura de poder soportar la boda. No quería asistir, temía que eso fuera demasiado y comenzara a llorar en plena ceremonia, sería muy vergonzoso, y no quería (ni iba) a tirar su dignidad así.

Últimamente, otro sentimiento además de la tristeza de alojaba en su corazón: enojo. Estaba enojada con ese Demonio por haber jugado con ella, por que eso hizo, se iba a casar y aun así tuvo el descaro de besarla, de ilusionarla y anunciar el matrimonio un día después del beso. También estaba enojada consigo misma por ser tan tonta. No dejaría que eso destruyera su vida, por supuesto que no, le prometió a sus padres seguir adelante y no iba a romper esa promesa por un Daiyoukai bipolar.
Todavía no sabía que iba a hacer después de que se casaran, si quedarse o irse del castillo, tendría que pensarlo bien, pero una cosa era segura, Rin se iba con ella. Estaba consiente de que si se iba, el dolor de dejar todo atrás sería grande, y lo más probable es que no viera a Sesshomaru nunca más. A pesar de lo que hizo lo seguía amando, ¿cómo? Ni siquiera ella lo sabía, pero so eso significaba seguir con su vida y recuperarse a ella misma, lo haría.

-Kagome-Chan. ¿Por qué lloras? -Escuchó a Rin preguntar. Por instinto llevo una mano a sus mejillas y la sintió mojada. Había comenzado a llorar sin darse cuenta. Se sentó y vio a la niña con rostro preocupado.

-No es nada. -Aseguro secando sus lágrimas y esbozando la mejor sonrisa que podía.

-Pero nadie llora por nada. -La azabache se sorprendió. Le sonrió con una sonrisa legitima y la abrazó. -Te quiero, Rin.

-Yo también, Kagome-chan.

• • •

El príncipe Ryosuke buscó con la mirada a la bella dama que lo había cautivado en la cena, la encontró sentada bajo un árbol mientras supervisaba a la mejor que jugaba entre las flores. Estaba preciosa, llevaba puesto un kimono color lila, su cabello siendo revoloteado por el viento exparsiendo su exquisito aroma y sus hermosos ojos. Se acercó has quedar frente a ella. Kagome lo miró con esos enormes ojos con curiosidad.

-Kagome-San, ¿le importaría si le hago compañía? -Solicitó. La humana lo pensó unos segundos para después sonreirle y aceptar. El pelirrojo se sentó a su lado.

-Por cierto, no me digas Kagome-San, no me gustan los honoríficos. Solo Kagome. -Le aclaró con simpatía. Ryosuke sonrió y aceptó gustoso.

• • •

Un youkai de mirada fría observaba desde el balcón de sus aposentos como su protegida charlaba amenamente con el príncipe del Este. Apretó los puños haciendo que sus garras se le enterraran en las palmas.

"Vamos, hay que ir y matar a ese imbécil que pretende quedarse con nuestra hembra"

-Silencio, Yako. -Farfulló entre dientes. -Ella no es nuestra hembra. -Dijo con algo de pesar. La bestia, a pesar de la orden no permaneció callada.

"Debería serlo, pero tu eres un idiota y la alejaste"

¿Qué les pareció el capítulo? Shizuka tiene un plan :$ y Kagome esta enojada. ¿Debería estar enojada o no? ¿si estuvieran en su lugar que harían?

Nos vemos el próximo.

Siempre tú. *Sesshome*Where stories live. Discover now