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La propuesta de Lord Taiyô no había dejado de rondar su mente desde el día anterior. Había analizado los pros y contras de aceptar la oferta.

Jamás en toda su larga vida se había imaginado casándose, nunca quiso casarse y no había cambiado de opinión; él creía que atar su vida a una sola persona era una locura y la peor cosa que alguien pudiera hacer. Sin embargo, siendo realista, si se casaba con Shizuka expandiría sus tierras y la ambición de crear su imperio estaría un paso más cerca. ¿Valía la pena atarse a una mujer con tal de conseguir lo que quería? Tal vez... De todos modos, si se casaba con ella, solo sería un adorno más del castillo, se casaría por interés, no por amor.

Tenía claro que aceptar era algo que realmente le convenía, pero cuando estaba a punto de aceptar algo se interponía. Intentaba encontrar que era eso que lo detenía y cuando parecía haberlo encontrado, se le volvía a escapar.

Sesshomaru gruño por lo bajo y enterró sus garras al reposa brazos de su silla. Un olor a jazmines le inundo las fosas nasales;sabía perfectamente de quien se trataba.

-¿Qué sucede, Kagome? -Preguntó sin mirar a la puerta que había sido recién abierta.

-Quería pedirle permiso para que Rin y yo fuéramos a dar un paseo fuera del castillo. -Explico. Se escuchó el sonido de la puerta cerrándose.

-Es peligroso que salgan del castillo. -Le recordó seriamente. -Aunque sean mis tierras puede que algún demonio las ataque. -Recordó la última vez que las había dejado pasear afuera. Un Demonio las atacó, suerte que era uní de baja categoría y Jaken pudo hacerse cargo de él con su bastón. Rin salió ilesa, pero Kagome se torció un tobillo. Ese día se debatió si matar a Jaken por permitir que pasará ó dejarlo vivir por no dejar que pasara a mayores.

-Por favor señor. -Pidió la azabache acercándose al youkai. -Jaken-Sama irá con nosotras y llevaremos a Ah-Uh. -Por primera vez el Daiyoukai miró a la humana que estaba junto a él.

Llevaba el Kimono verde esmeralda que le había regalado para su cumpleaños. Llevó su mirada a los orbes azules que poseía y se encontró con aquella mirada que tanto odiaba y a la vez le agradaba. Siempre que lo miraba de esa forma accedía a lo que pedía. Suspiró en señal de derrota y se levantó de la silla.

-Dile a Jaken que preparé a Ah-Uh. -Ordenó. Observó como su protegida esbozaba una sonrisa y dijo.

-Ya esta listo. -Confesó sin quitar la sonrisa de su rostro.

"Que astuta, sabía que la iba a dejar ir"

Debería haber estado molesto, pero en cambio sonrió para sus adentros al darse cuenta de las tácticas de esa humana.

-Por cierto, Sesshomaru-Sama ¿esta bien? -Cuestionó algo preocupada.

-¿Por qué preguntas?

-Es que cuando entré lucía confundido. -Al Lord no le sorprendió que suprotegida lo haya notado. En todo el tiempo que había estado con él había aprendido a identificar su estado de animo, aunque su rostro no mostrara expresión alguna, ella siempre sabía cuando estaba enojado, feliz, preocupado... Lo mismo le pasaba a él con ella.

-No es nada importante. -La tranquilizó al ver que lucía preocupada. La chica suspiro.

-Bueno, entonces iré con Rin y el Señor Jaken para irnos. -Avisó mientras se dirigía a la entrada.

-Kagome. -La llamó antes de que se fuera.

-Digame, Sesshomaru-Sama.

-Iré con ustedes. -Mejor las acompañaba para prevenir otro incidente.
Al pronunciar aquello la cara de Kagome se iluminó.

Siempre tú. *Sesshome*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora