Capítulo XII: La Muralla

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-Sakura-

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-Sakura-


Respiré profundamente desde lo alto de aquella muralla. Tenía miedo, sí, me costaba admitirlo y aunque sonase jodidamente raro, me sentía segura. Sabía que él estaba observando mis movimientos desde su posición, sabía que él no dejaría que nada me ocurriese.

No logro comprender el porqué de esta situación, yo, la que huye de los hombres, la que no soporta mas de tres minutos frente a un tipo que quiere algo conmigo y ahora me encuentro confiando en uno. Él es...

Diferente.

Sí, esa es la palabra. Él no se parece a ningún chico con el que haya estado antes, no sé ni su nombre pero pareciera cómo si ya lo conociera. Es como si hubiéramos estado juntos toda la vida cuando eso no es real.

Diviso a lo lejos unas cosas monstruosas que se acercan muy rápido. El pánico y la adrenalina recorren mi cuerpo y siento estar preparada para esto. Por mi mente pasan las imágenes de todos a los que quiero proteger y no dudo en llenarme de valor.

Solo por un segundo, un minúsculo espacio de tiempo, logro ver a algo, mejor dicho, alguien. En el hombro del ser de tres metros. Antes de que mis compañeros abran fuego me veo en el deber de advertir.

–¡¡Hay alguien en el hombro del más grande!!- Todos se paralizan sorprendidos y miran hacia el lugar.

–¡¡Es verdad, yo también lo he visto!! ¡¡Quién demonios puede estar tan loco pa...!!- Dejó de hablar al comprender algo que al parecer yo no.

–Es Madara...Preparad las mejores armas para capturar a ese hijo de perra.- Ordenó Serpiente llegando a mi lado.- Bien visto, molestia.- Tocó mi cabeza un par de veces como si fuera una niña pequeña y gruñí.- Wow...No me sorprendería que mordieras.

–Es gracioso que lo diga alguien a quien llaman "Serpiente".- Sonreí autosuficiente al escuchar las risas de algunos cadetes, el ambiente se había relajado de pronto.

–Es gracioso que opines de algo que tengo precisamente escondido en mis pantalones. ¿Lo quieres comprobar?- Ahora el ambiente se había hecho muy incómodo para mi. Más risas.

–¡¡Pervertido, hijo de...!!- Fui interrumpida por el primer estallido de una granada. Irremediablemente salté hacia delante y me agarré al chaleco de Serpiente.

–Ya no soy un pervertido hijo de mamá, ¿eh?- Susurró en mi oído. Me sonrojé e intenté ocultarlo al separarme de él.- ¿¡Quién coño ha abierto fuego sin mi permiso!?

–Señor, están intentando escalar la muralla y hemos tenido que actuar de inmediato.- Dijo una voz a mis espaldas.

–La próxima vez me avisáis o lo siguiente que explotará serán vuestras pelotas.¿Entendido?- Se hizo silencio.- Dije...¿¡Entendido!?

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