Black Wings [Supernatural]

20. Un lirio de significado especial

-Empezamos a salir como hace dos años... Éramos muy unidos -relató la joven evitando llorar sus penas—. Nos apoyábamos en todo, siempre unidos... Lo amaba -confesó con ojos llorosos. Desvió la mirada a los anaqueles llenos de libros, debía concentrarse en otra cosa mientras hablaba—. Creí que era mi "felices por siempre", pero todo se fue al caño hace unos meses... Él me... Él me engañó con otra chica y yo la sufrí mucho. Tal vez no les incumbe en absoluto saber que me rompieron el corazón pero quiero ser honesta con ustedes. Quiero que sepan de mí y así lograr sentirme verdaderamente como su hermana.

Dean estiró su mano para unirla con la de la rubia. Sam observó el gesto de su hermano e hizo lo mismo con la mano libre de Lily. Los dos le dieron miradas verdosas llenas de compasión y apoyo.

-Siempre serás nuestra hermana, ¿de acuerdo? -indicó Dean con intensidad, queriendo hacerle creer a Lily de ello—. Puede que no hayamos crecido juntos, puede que ni siquiera seamos de la misma dimensión... Pero eso no cambia en cómo somos. Eres tan Winchester como nosotros.

-Eres buena en la cacería aunque no lo admitamos -agregó Sam con una pequeña sonrisa—. Te pareces demasiado a mamá de joven, te gusta la tarta como a Dean, eres inteligente... Quien diga que no eres nuestra hermana, es un idiota.

Lily sonrió mientras las lágrimas caían de sus mejillas. Había dejado ir a una tremenda carga al contarles sobre la muerte de su madre y Brady, y que sus hermanos le dijeran todo aquello solo le hacía más feliz. Se sentía en casa, en un hogar. Porque el hogar no es un lugar, sino las personas con quien te juntas. Lily descubrió eso.

Miró las manos unidas con las de Sam y Dean y no pudo dejar de sentir una inmensa gratitud contra ellos. Esos Sam y Dean parecían más destrozados que los de su dimensión, como si ellos hubieran visto más desastres que bendiciones, pero no le importaba. Porque ella estaba también destrozada por dentro, no era quién para juzgarlos. En ese momento sintió que sus partes rotas dentro de ella se iban uniendo formándose una como hace unos años. No había sido coincidencia de que Castiel le trajera ahí con esas versiones de sus hermanos. Ella los necesitaba para encontrar su rumbo, para poder vivir con un propósito.

Por primera vez, dejó de buscar respuestas.

(...)

Cinco días después...

Sam y Dean decidieron que era mejor si Lily se tomaba un descanso. El ángel nunca se despegó de su lado, cosa que a Dean le ponía nervioso.

Lily empezó a sonreír más, al dejar salir las cosas que hacían presión en su estómago, se sentía más libre. Agradecía que sus hermanos no se enojaran con ella ni la juzgaran. La tristeza seguía ahí después de todo, pero el apoyo que les daban Sam, Dean e incluso Cas con su presencia era suficiente para que la rubia agradeciera todo lo que la vida le había dado.

Considerando que Lily les había confesado sus mayores secretos, Sam y Dean llegaron al acuerdo de admitir sus errores y contar sus vidas a la chica. Lily se pasaba el tiempo escuchando las historias de los Winchester cazadores. A pesar de los altos y bajos de ambos hermanos, éstos parecieron siempre estar unidos.

Después de contar la historia con brevedad, Lily se ocupó de mantenerse dentro del búnker entreteniéndose leyendo sobre ángeles y arcángeles, cocinando para sus dos hermanos (ya que Castiel no comía) e incluso investigaba algunos casos cerca de la zona. Accedió a mantenerse oculta en el búnker y quedándose atrás en cacerías unos días para que Crowley perdiera el interés en ella. En vez de ir a la práctica se encargaba de la teoría, de las leyendas y la investigación mientras Sam y Dean salían.

Castiel siempre estaba a su lado. Llevándole bocadillos, brindándole agua, o simplemente estar sentado a su lado. Lily también agradecía ese gesto del morocho.