Capítulo 23: Palabras muertas

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Matilde quería irse de ahí, y a la vez seguir escuchando a Antonio ¿Quién era realmente ese hombre, cuáles eran sus verdaderas motivaciones? Le costaba mucho mantenerse quieta y en silencio, pero iba a hacerlo, al menos de momento.

—Dígame por qué trató de matar a Matilde.

—Ya se lo dije, para salvar mi vida.

— ¿Usted trabaja para ellos?

—Sí, pero no soy el responsable de esto.

— ¿Que trata de decir?

— ¿Cómo que qué quiero decir? —replicó Antonio— nada de esto habría pasado si no fuera por Patricia, ella es la responsable de todo.

— ¿Por qué?

— ¿Acaso era muy difícil? Solo tenía que hacer lo que le dijeron, pero se las arregló para arruinar el tratamiento y por eso es que todos estamos en ésta situación ¿Cómo pudo ser tan tonta?

Eso fue suficiente para Matilde. De pronto estuvo avanzando hacia ese hombre que creyó su amigo, gritando completamente descontrolada. Mayorga la sujetó por los hombros, pero no pudo evitar que ella dijera lo que estaba pensando.

— ¡Cómo te atreves! ¡Patricia ha sufrido mucho desde que tuvo el accidente, ella es una víctima de esa gente horrible y de ti y tus planes, solo eres un pedazo de basura!

— ¡Cálmese!

— ¡Solo viniste para hacernos daño!

Pero Antonio no parecía preocupado por las palabras que escuchaba.

— ¿Acaso estás segura de lo que estás diciendo? El tratamiento debió haber resultado perfecto, apuesto que nadie veía a tu hermana porque no sabían cómo explicar que ella sanara tan rápido ¿O no es así?

Matilde dio un paso atrás.

—Tú...

El otro sonrió más ampliamente.

—Claro que fue así. Y de alguna manera arruinó el tratamiento, por eso es que se descompensó.

Mayorga volvió a tomar el control de la situación.

—Está hablando conmigo, no trate de desviar la atención. Dígame qué trabajo hace para la gente de la clínica.

—Información, eso es lo que hago. Pero si espera que le de nombres, pueden olvidarlo, no sé lo suficiente, nadie jamás está tan arriba excepto ellos.

—Pero trabaja para ellos ¿Cómo llegó a eso?

—De la misma manera que ella —asintió sin perder la sonrisa—, pero tiempo antes. Sufrí un accidente en el que resulté con heridas graves, pero no tenía el dinero para costear ningún tipo de tratamiento, mucho menos algo como Cuerpos imposibles. Pero como sé de informática, descubrí algunos datos importantes y llegué a una persona que sabía algo al respecto. No podía pagarles, pero me ofrecieron un trato y de la noche a la mañana estaba manejando información para ellos. Lo demás solo fue seguir trabajando.

— ¿Por qué estaba en la urgencia después del accidente de Patricia?

—Una casualidad. Solo iba a buscar un informe cuando me encontré con las amiguitas de Matilde, pero no esperaba que pasara nada más.

El policía frunció el ceño. Ese hombre probablemente había matado antes, o tenía una sangre fría impresionante.

— ¿Entonces cómo es que terminó involucrado?

La última heridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora