Zelo [Alturas]

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Maldito Choi Junhong. Maldito él y sus 188 centímetros de altura. En momentos como estos aborrecías totalmente su estatura y, sobretodo, sus dichosas ganas de jugar contigo de esta manera.

-¡Zelo! -Te quejaste por milésima vez, poniéndote de puntillas y dando pequeños saltitos.

-Eres tan pequeña ____ -Se burló de ti una vez más- ¿Como no puedes llegar hasta aquí?

Levantaba por encima de su cabeza el libro que tanto te había costado coger de la estantería más alta de la casa -que probablemente había sido colocado ahí a propósito- y lo movía tentadora y provocativamente para ver cuánto tardabas en perder la paciencia.

-¡Ugh! -Exclamaste exasperada, lanzando las manos hacia arriba y dando media vuelta encima de tus talones- ¡Ya me da igual, quédatelo!

Mientras dejabas el salón pudiste oír sus carcajadas, y no fue hasta que cerraste la puerta de tu habitación que escuchaste sus pasos yendo hacia tu dirección.

-_____~ -Te llamó, asomando la cabeza por la puerta entreabierta- No te pongas así vamos, lo siento.

Le giraste la cara e hinchaste tus mejillas mientras te cruzabas de brazos, dejándole sin otra opción que moverse hasta donde estabas.

-Vamos, no te enfades~ -Hizo un puchero en busca de tu atención, abrazándote y apretándote contra su pecho.

-¿Me vas a dar el libro o no? -Le miraste desde abajo, apoyando las manos en su pecho y esperando a su respuesta.

-Con una condición -Volvió a poner esa sonrisa de niño pequeño que tenía y temiste lo peor- Primero tendrás que darme un beso.

Rodaste los ojo, sabiendo perfectamente por donde iba e intentaste separarte de él, sin embargo fuerza era algo que tampoco le faltaba y te apretó aún más, insistiendo a que aceptaras el trato. Al final terminaste por suspirar derrotada y te rendiste ante sus súplicas. Te pusiste de puntillas, intentando alcanzar sus labios con los tuyos, pero en cuanto vio que te alzabas levantó su barbilla y apretó la boca, mirando tus esfuerzos desde arriba e intentando no reírse.

-¡Aish, que idiota que eres! -Esta vez sí, le empujaste y te apartaste de él a la fuerza.

-¡No ____! -Te siguió intentando alcanzarte de nuevo sin poder dejar de reír- ¡Lo siento, de verdad!

Haciendo un pésimo esfuerzo para esconder su risa volvió a rodearte con los brazos, esta vez desde atrás, y enterró la cara en tu pelo.

-Es que eres tan pequeña... ¡No puedo evitarlo! -Dijo en modo de disculpa.

-Tsk... -Chasqueaste la lengua, dejando que se quedara ahí un rato y siendo tentada a perdonarle, sin embargo...- ¿Donde has puesto mi libro?

-¿Eh? -Levantó la cabeza de golpe, mirandote un poco confuso- Ah, lo he dejado otra vez en la estantería.

-¡Zelo! -Le reñiste.

-¡Has dicho que ya no lo querías! -Se defendió.

-Para algo lo he cogido antes, ¿no? -Le recordaste, intentado olvidar todo lo que habías tenido que pasar para conseguir la maldita novela.

-Bueno... Te lo cojo si me das un beso. -Dijo sonriendo, como si pensara que esa era la mejor idea del mundo.

-Ugh, ¿que tienes, tres años? -Dijiste irritada, aceptando que esa tarde no ibas a poder leer nada.

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