-Oye, Efren...

-Tú tampoco te metas, Zac. Bastante tengo con ver a mi novia todos los días con un tío diferente.

-Efri...

-Levántate. -Me ordenó y yo solo pude agachar la cabeza para hacerlo.

-No deberías porqué... -Efren miró de mala manera a Rick y este se calló volviéndose a sentar.

Salí del comedor con Efren a mis espaldas para caminar hacia los árboles que habían a un lado de la universidad.

-Estoy harto de esto, Keyla.

-¿Y yo no? ¡Eres tú el que me trata mal delante de todos!

-¡Y tú la que está esperando que me despiste para estar con un tío!

-¡Yo no estoy con nadie más! Te quiero a ti, Efren. ¿No lo entiendes?

-Eso no es lo que das a entender cada vez que te veo. Primero fue el niñato ese y ayer Zac. ¿Cómo quieres que crea que me quieres?

-Porque lo hago, Efren. -No pude contener más las lágrimas. -Es lo que siempre he hecho. Te perdoné a pesar de que te besaras con otra y te he perdonado por todas las veces que me has tratado mal frente a todos. ¿Es que eso no cuenta? ¡Porque si eso para ti no significa querer, ya me dirás lo que es!

Su mirada se suavizó para soltar las muletas y caminar con dificultad hacia mi. Yo solo retrocedí llevándome un golpe en la espalda por chocar contra un árbol.

-¿Crees que a mi no me molesta toda esta situación? ¿Qué no me duele ver como mi chica siempre está rodeada de tíos?

-Te estás desviando de la conversa...

-Calla y escúchame, Keyla. -Tragué saliva. -Porque me da la impresión de que sólo estas pensando en tus sentimientos y no en los míos. ¡Porque también tengo sentimientos ¿sabes?!

-Efri...

-¡Ni Efri ni leches! ¿Crees que no te quiero? Dime la verdad.

-Yo...

-¿Es eso? ¿Piensas que no te quiero, Keyla? -Más lágrimas caían por mis mejillas. Claro que no pensaba eso, pero me era indudable no pensarlo a veces. -Tú silencio habla por sí solo.

Se alejó para comenzar a girarse.

-Si que pienso que me quieres, Efren. Es solo que tú actitud y tus actos a veces me hacen pensar otra cosa. -Lo frené por el brazo.

-Si no te hubiera querido te hubiera dejado en el primer momento que me enteré de tu secreto ¿comprendes? Pero nunca lo hice, ¿por qué? Porque a pesar de todo lograste enamorar a aquel chico que solo pensaba en acostarse con cualquier tía día si y día también.

-Efren...

-Te quiero, Keyla. Te quiero tanto que verte con otra persona me asfixia. Me asfixia hasta tal punto de que me vuelvo loco y puedo decir cosas que no quiero ¿entiendes? Me daría igual que fueras un bicho raro, vieras fantasmas o tuvieras el pelo verde.

-Aun así me duelen los comentarios que haces respecto a...

-Lo sé. Y te pido mil veces perdón por esos estúpidos comentarios. Los digo sin pensarlo, ya te lo dije. Realmente nunca es mi intención hacerte sentir mal y mucho menos herirte con esas cosas.

Lo abracé fuertemente por la cintura. Extrañaba tanto hacer esto que ahora mismo solo estaba actuando sin pensar.

-Entonces... ¿Todo vuelve a estar como antes? -Levanté la cabeza para mirarlo a los ojos. Él limpió mis lágrimas con sus pulgares y negó descolocandome por completo.

-No, nada volverá a estar como antes porque empezaremos de cero ¿si? -Sonreí para acercarme a sus labios y besarlo.

-Te extrañé mucho, Efri...

-Y yo a ti, Keyla. -Volvió a besarme y a lo lejos escuchamos la sirena sonar. -No quiero entrar a clase.

-Yo tampoco. -Sonreí para volver a abrazarlo.

-Porque... ¿Por qué no vamos a mi coche y...

-No quieras ir tan rápido, Efren. -Sonreí para volver a mirarlo. -Pero está bien.

Sonrió perversamente para recoger las muletas del suelo y poner rumbo al coche.

Me alegraba saber que todo había vuelto a la normalidad.

Between GhostsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora