Capitulo 17. "Celular sidoso".

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–     Eh, eh, nadie dijo nada acerca de que te guste –dijo Kathie, bailando las cejas. Sussan y Dannia también bailaron las cejas. Estaban en una coreografía de cejas.

–     ¡Dejen de hacer eso! –les dije, y ¿cómo no? Continuaron haciéndolo, más motivadas ahora– Ahg. Como decía, no me gusta, no me atrae, no me parece tan guapo, no lo miro como boba… y nada que pueda relacionarme sentimentalmente con él.

–     Como digas, Aria…

En eso llegó Molly, nuestra mánager. Ella era morena, con el cabello corto y negro por los hombros. Siempre se vestía adecuadamente para cada ocasión y exigía lo mismo de nosotras (oops), además de que generalmente era una maniática de la puntualidad y del comportamiento (oops por 2).

–     Buenos días, chicas –saludó con una sonrisa.

–     Heeeey.

–     Qué onda.

–     Holaaa coca-colaaaa.

–     Hola seven-uup.

–    ¿Listas para hablar del nuevo sencillo? –preguntó, acostumbrada a nuestros saludos.

–     Seep.

–     Yes.

–     Yaass.

–     MÍN –contestamos todas a Kathie.

–     JAJAJAJAJAJA.

–     ¿ENTENDISTE MOLLY?

–     JAS – MÍN, JAJAJAJAJA.

Una broma privada originada por mi obsesión con Jasmine Meakin y la obsesión de las chicas con decir “Yas” en vez de “Yes” porque tenía más suaj.

–     Gracias a Dios saben cantar –murmuró Molly– Vamos a la sala de conferencias.

Aun riendo, nos levantamos y la seguimos hacia la sala de conferencias de SYCO. Sussan y yo íbamos empujándonos un poco de vez en cuando, pero la cosa fue aumentando, y cuando estábamos llegando a la sala, ya era algo tipo empujones que te dejan al otro lado del pasllo, acompañado por gritos de nosotras y risas de las chicas.

–        Maduren, entren, y tomen asiento –dijo Molly, parada firmemente en el marco de la puerta– Regresaré en un minuto.

–        Maduren, por Dios –dije, moviendo mi cabello estilo diva, y cruzando la puerta una vez Molly se fue.

–        Me diste en el ojo con tu cabello –se quejó Dannia.

La sala de conferencias se encontraba sola y tan ordenada como siempre. Una laaarga mesa de cristas rodeada por asientos de cuero era el centro de todo. Yo me apresuré a sentarme en el tercer asiento de la derecha, siempre me sentaba allí, era mi silla, mi trono, mi todo.

–        Quizá algún día debería sentarme allí para fastidiarte –dijo Kathie, sentándose en frente mío– Oh Dios, amo estas sillas, me hacen sentir tan fancy.

–        ¿Verdad que sí? Mi trasero parece sonreír cuando me siento aquí –dice Dannia, removiéndose feliz en la silla.

–        Me imaginé a tu trasero con una carita feliz –dijo Sussan.

No hice más que soltar una risa antes de tomar asiento en mi preciada-

–        ¡AY! –me asusté cuando sentí algo en mi trasero. Hay algo en la silla.

–        ¿Qué te pasa? ¿Ahora te asusta la silla? Niña bipolar –dice Kathie, rodando los ojos con exageración.

–        Hay un Iphone allí –dije, cogiendo el celular.

Enamorada de la competencia.Where stories live. Discover now