Capítulo 11 (Corregido)

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—Proceda —Le dijo el juez asintiendo.

A continuación, el alguacil se acercó a las puertas y entró un señor mayor de unos cincuenta o tal vez sesenta años, el cual llevaba un traje barato.

Se puede claramente que su situación económica no se compara con la nuestra o con la de los Chiessa, me arriesgo un poco y creo que debe ser un hombre con un sueldo bruto que no le debe llegar para mucho.

Y con eso en mente sospecho y no dudo que los Chiessa le hayan ofrecido dinero a cambio de testificar en contra de Marcus y su familia.

—Por favor, preséntese ante la sala —Le pidió el juez.

—Sí, señoría. Me llamo Felipe Carusso, trabajo en la empresa de la familia Mackenna —Dijo el anciano mirando con temor a Marcus y su padre.

El juez asintió y luego le indicó al alguacil que procediera con lo debido.

— ¿Jura solemnemente decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad? —Le preguntó uno de los alguaciles, mientras sostenía la biblia para el testigo.

—Lo juro —Dijo el anciano, pese a que se veía claramente lo nervioso que estaba.

El alguacil se retiró y el testigo ocupó su lugar en el atril, después el abogado del señor Chiessa procedió con su interrogatorio.

—Señor Carusso, ¿cuántos años lleva trabajando para la familia Mackenna? —Le preguntó el abogado.

—Prácticamente toda mi vida, empecé a trabajar en la empresa a los diecisiete años —Respondió el anciano con una sonrisa nostálgica.

— ¿Alguna vez vio cómo a la abogada de los Mackenna? ¿Tenía constancia de su relación? —Preguntó de nuevo, pero esta vez señalándome.

—La verdad, es que no. Por lo que tengo entendido, la familia Mackenna no creía que necesitasen a ningún abogado, salvo para tener asegurados los contratos con los socios —Le contestó el anciano mirándome confundido.

Cerdo, el abogado de los Chiessa pretende dejarme en evidencia y desacreditarme frente al juez. Pero que no cante victoria porque no es el primer capullo ególatra al que me enfrento.

— ¡Protesto, señoría! Mi relación con el señor Mackenna fuera de la empresa o mejor dicho, en el pasado... Carece de relevancia para el caso —Dije con tono firme y alzando la mano.

—Aceptada. Abogado, cíñase al caso que se ha presentado —Respondió el juez.

El abogado me lanzó una mirada llena de reproche pero después volvió a poner su atención en el testigo.

—Dígame una cosa señor Carusso, ¿conoce bien al señor Mackenna? Me refiero a Marcus Mackenna, porque doy por hecho que conoce perfectamente al señor Andrew Mackenna —Le preguntó el abogado mirando un segundo a Marcus y después a su padre.

—Eh... sí, sí le conozco —Asintió el testigo.

—Es mentira, nunca he visto a este hombre. Mi padre dice que es uno de los camioneros encargados de llevar la mercancía hasta el aeropuerto y yo jamás me he pasado por la zona de las cargas y descargas —Me susurró Marcus mientras tensaba las manos bajo la mesa.

Yo le pedí en voz baja que se calmara y me lo dejara todo a mí.

—El día veinticinco de febrero se manipuló la mercancía procedente de la empresa Fiorella's Beauty, para ser más exactos fue durante la carga de los camiones donde se sospecha que dichos productos fueron alterados. Señor Carusso usted es camionero, ¿verdad? —Preguntó el abogado paseando tranquilamente por la sala.

Siempre Juntos (Corrigiendo)Where stories live. Discover now