Epílogo

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-16 años después-

Era el comienzo de clases, todos los alumnos entraban por las puertas principales y se dedicaban a conocer lo que seria su lugar de estudio, la preparatoria "Seirin". Habían personas por doquier, grupos de alumnos pidiendo que se unieran a sus clubes, decenas de desconocidos y entre ellos estaba Kuroko, Kuroko Tetsuya.

Un chico de estatura mediana, cabello y ojos celestes, inexpresivo, callado, débil e invisibles para otros. Se sentía incómodo entre tanta gente, la cual lo pasaba a llevar, lo empujaba o sin querer lo golpeaban.

Se detuvo en un puesto de un club, "Basketball", y sin que nadie se diera cuenta tomó el lápiz y anoto su nombre; "Kuroko Tetsuya". Apenas término dejo todo en su lugar, para desaparecer entre el montón de personas del lugar.

-Quien escribió esto? - Preguntó la entrenadora; Riko. Una de las personas que se encargaba de inscribir integrantes.

-No lo sé, no vi a nadie.- respondió Hyuga, Capitán del equipo de basketball de Seirin.

-No te suena este nombre? - La entrenadora trato de recordar de donde había escuchado el nombre, de donde había hablado de "Kuroko Tetsuya". Un "clic" sonó automáticamente en su cabeza para luego decir: -¿No era el sexto jugador fantasma de la generación de los milagros?....

(...)

-Todos en fila y sin camisa! - Riko gritó ocasionando que varios candidatos al grupo de basketball se sonrojaran y obedecieran inmediatamente. Había comenzado el primer entrenamiento, en el gimnasio del instituto.

Uno a uno se fueron presentando, siendo analizados y observados detenidamente por los ojos de la entrenadora. Uno entre todos fue el que mas destacó, un chico alto, de pelo rojizo y ojos de igual color, abdomen marcado y cejas un tanto raras. Su nombre era Kagami Taiga.

>>Kagami Taiga<<

El nombre resonó en la mente de Kuroko, el sabía que lo conocía, que lo había visto en alguna parte, que era algo importante para el...

(...)

El entrenamiento término. Todos estaban agotados, todos cansados y sudando por montón. Y en el piso del gimnasio se encontraba Kuroko, quien se esforzaba por respirar y sacar fuerzas para levantase.

-Quieres que te ayude? - Preguntó Kagami, el se había preocupado por la situación del pequeño y débil chico y algo en el le decía que debía ayudarlo.

Kuroko asintió levemente, para ser tomado en brazos al estilo princesa y ser llevado a los camerinos. En el trayecto ninguno de los hablo, solamente disfrutaron de sus cercanías y tratando de descubrir el misterio que tanto los atormentaban.

>>¿Quién es el?, ¿Por que siento que lo conozco desde hace tiempo?<<

Kagami depósito a Kuroko en una de las bancas del los vestidores. Para luego ir a buscar sus cosas y tomar una ducha. Kuroko hizo lo mismo.

El agua recorría el fornido cuerpo del pelirrojo, y el vapor nublaba la vista, cubriendo parte de su desnudez. Él disfrutaba de su ducha, siempre lo hacía, pero sus pensamientos se detuvieron al sentir que otra persona entraba al lugar. Era Kuroko.

No es que Kagami odiara que las duchas no estuvieran separadas, pero se sentía terriblemente incómodo con la presencia de Kuroko a escasos metros de el. No podía evitar observar ese cuerpo pálido, delgado y sin mucho músculo del peliceleste.

Se sentía atraído por él. Y a Kuroko de pasaba lo mismo.

Las duchas terminaron y cada quien se dedicó a secarse y vestirse para ir a sus casas. Se podía decir que Kagami era de los que terminaba de los primeros, pero esta vez se tomó su tiempo para poder hablar con Kuroko.

Kuroko era de los que más se demoraba . 

Pasaban los minutos, diez, veinte, treinta y finalmente cuarenta; cuando Kuroko decidió salir del gimnasio.

-¿Te puedo acompañar a casa? - preguntó Kagami, quien estaba de pie en las puertas del instituto, esperando a Kuroko.

El peliceste se asustó por un momento, pero inconscientemente volvió a decir que si. Había pasado muy poco tiempo en el que los dos se habían conocido, pero había algo entre ellos que era inexplicable, algo que hacía querer estar junto al otro.

Los dos caminaron tranquilamente hasta el hogar de Kuroko, no sin antes detenerse en un lugar para comer. Kuroko se había dado cuenta de que a Kagami le gustaba comer hamburguesas y que comía mucho. Kagami se había dado cuenta de que a Kuroko le gustaban los batidos de vainilla.

Reanudaron su camino a la casa del peliceleste y cuando llegaron se despidieron normalmente. O eso debía suceder...

Kagami se acerco rápidamente a la cara de Kuroko y le robó un pequeño beso. Los dos se miraron por un tiempo, y Kuroko decidió abrazar a Kagami por el cuello y a traerlo hacia el para seguir besándolo.

Kuroko era tímido, pero en ese momento no lo era para nada. 

Y se seguían besando, una y otra vez, afuera de la casa de Kuroko. Extrañamente a ambos les gustaba el contacto de sus bocas, se sentía bien y no querían separarse. Pero después de diez minutos lo hicieron.

-Creo que nos conocemos desde hace mucho tiempo- Murmuró Kagami mientras acariciaba el celeste cabello de Kuroko.

-Yo creo lo mismo... - Respondió Kuroko mientras sentía sus mejillas arder, se había sonrojado.

-Ya debería irme, hasta mañana Ángel. - Kagami se había burlado de Kuroko con la última palabra, pero algo en él le decía que parecía realmente uno.

-Hasta mañana, demonio-Kun - Kuroko le había respondido de la misma manera.

>>Creo que me he enamorado<< Pensaron los dos de igual manera.

Este había sido el comienzo de una historia maravillosa. De dos personas destinadas a estar juntas y que quizás en esta vida, podrían cumplir sus sueños, y finalmente...

Poder ser felices.

-Fin-

Gracias a todos los que me apoyaron en esta historia, muchas gracias. Espero que esto les haya consolado un poco el final anterior, y les pido disculpas por hacerlas sufrir.

Si quieres leer otras de mis historias estan:

-Survivor love (Temática de zombies, yaoi)

-Nuestras vidas (Kagakuro)

-Kings&Queens (Boku no hero academia)

Hasta las próxima! c:

Trato hecho (KagaKuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora