Capítulo 6

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-1 mes después-
-POV Kagami-

Ya había pasado un maldito mes, un mes entero en el que no pude ver a Kuroko. Mi padre me encerró en el palacio y me obligado a entrenar para las batallas, no quería hacerlo pero si no cumplía sería Kuroko quien pagará las consecuencias.

-Maldición!!! - grité del dolor, se me había caído la espada en el pie con la parte punzante, la sangre comenzó a salir inmediatamente, pero no me preocupe mucho. Seguí entrenando liberando mi enojo por no poder ver a Kuroko, realmente y con todas mis fuerzas quería volver a tenerlo en mis brazos.

Las puertas de la habitación se abrieron de la nada y causaron un gran ruido. Observe las siluetas que se asomaban y pude reconocer a mi padre en una de ellas.

- Que quieres? - le pregunte con enojo mientras seguía practicado, el suelo tenía varias manchas de sangre que salía de mi pie, debía admitir que le daba un aspecto lindo a la habitación.

- Bueno, has cumplido con el trato y como prometí te dejare ver a Kuroko, solo serán unas horas y quiero que vuelvas dentro del tiempo establecido.

Apenas oí las palabras de mi padre ordene todas las cosas de combate para salir de la sala e ir a bañarme y arreglarme. Estaba feliz por poder volver a ver a Kuroko, estaba realmente feliz...

-POV Kuroko-

Me sentía mal, extrañaba a Kagami y mucho, hace un mes que no lo había visto. Mi padre me encerró en el palacio, no me dejaba salir y mis intentos de escapar eran ridículamente inútiles.

-Señor Kuroko, su padre lo necesita en la alcoba real - hablo un guardia que había abierto las puertas de mi habitación sin ningún permiso, digamos que después de mi casamiento perdí gran parte de mi autoridad, casi nadie me respetaba y mucho menos al saber que había sido "contaminado" por un demonio...

Mientras caminaba a donde me llamaron pensé en lo injusto que era la vida, incluso para los seres como yo. Al llegar a la habitación di pequeños golpes para avisar que estaba ahí. -Adelante - dijo mi padre mientras habría las puertas, dejando un espacio para que entrara.

-Kuroko, siéntate. -obedecí de inmediato sentándome en una de las sillas que había por ahí.

-Bueno, hoy podrás ver a kagami, ese por el cual lloras y te enojas por no poder verlo. Es un favor que me pidieron y solo serán unas horas. Se te prohíbe tener algún contacto íntimo con el, es increíble la cantidad de impureza que traes después de juntarte con ese demonio.

Por una parte estaba realmente feliz, tan feliz que sonreía por primera vez en el mes. Por otra parte estaba enojado, ¿como que me prohíben tener contacto con Kagami-kun?...

Bueno, algunas veces se puede desobedecer, ¿verdad?.

-1 hora después-

Me encontraba afuera del palacio del infierno, mi padre había mandado a unos guardias a acompañarme y eso era algo...incómodo. Las puertas se abrieron lentamente y apenas vi a Kagami-kun salte de inmediato hacia el.

Sentí como unos brazos me rodeaban y me abrazaban de una manera sobre-protectora, sentí el aroma que tanto me gustaba y sobre todo pude sentir a la persona que tanto extrañaba.

-Te extrañe Kuroko, te extrañe mucho - murmuró Kagami quien aún me abrazaba y acariciaba mi cabello. -Yo también te extrañe Kagami-kun - admití mientras soltaba pequeñas lágrimas de felicidad.

De un momento para otro estábamos en lo que parecía ser una cuidad, ya que pasaban muchos humanos cerca mío. Mi vestimenta también cambió, mi túnica paso a ser unos pantalones blancos y una camisa celeste y zapatos cafés.

Trato hecho (KagaKuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora