Capítulo veintiocho

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Los días habían pasado increíblemente rapido y por fin era viernes, lo que significaba que era la cena y aun no le había comentado nada a Justin. Pero es que joder, estaban pasando demasiadas cosas a mi alrededor.

Un papel golpea mi cabeza y miro a mi derecha encontrándome a Logan con una sonrisa. Estiro el papel y leo. 

La señorita de perfecta calificaciones durmiendose en clases... Interesante. 

Me rió y escribo. 

El señor Thompson es demasiado aburrido para mi gusto.  ¿Por qué crees que estudio su materia en mi casa? Lo hago de una manera más dinámica. 

Se lo lanzo y veo que sonríe. Escribe unas pocas líneas y vuelve a lanzarmelo. 

Da igual. En realidad, gracias por delatarme con mi padre el otro día sobre los trajes. 

Lo miro y con una sonrisa murmuro «de nada». Guardo el papel y cierro los ojos un momento hasta que tocan el timbre. Sin dudarlo dos segundos, agarro mi mochila y salgo junto a Logan.

—¿Qué es eso de delatarme, huh? 

—Lo dije solo como idea, no creí que fuera verdad. Además, no es que mi mamá se haya enojado o algo porque ni si quiera lo tuvo como una posibilidad aun después de que yo se lo dije. 

—En realidad, se enojó un poco con mi padre aunque ya se le pasó. 

—Mi madre es así. Estoy segura de que lo hizo solo para molestarlo—digo mientras guardo mis cosas en el casillero—. De casualidad, ¿has visto a Justin? 

Tenía que comentarle sobre la cena de esta noche. 

—Eh...creo que no. 

—¿Alguien dijo mi nombre?—escucho decir a mis espaldas. 

—Bueno, tortolitos, los dejo. Te espero en el auto, Selena—dice Logan con una sonrisa. 

Lo siguiente que se es que Justin me tiene abrazada de la cintura y me da unos pequeños besos en el cuello. Me río y me doy la vuelta para encararlo. 

—¿Dónde has estado todo el día? 

—En clases, ya sabes que las mías por hoy no coinciden con las tuyas. 

—Se me había olvidado. 

—¿Qué tal tu día, pequeña? 

—Agotador—replico—. Por cierto, mi madre te ha invitado hoy para que cenes con nosotros. Digo, ahora que oficialmente hemos vuelto. 

—¿A qué hora? 

—A las ocho.

—Suena perfecto—me besa—. Ahora tengo que decirte algo.

—¿De qué se trata? 

—Sé que dijimos que íbamos a pasar el día juntos y créeme, estoy muriendo por hacerlo, pero no va a poder ser.

—¿Por qué no? 

Durante toda la semana había estado esperando este día, porque apenas habíamos tenido tiempo para vernos o hablar.

—Tengo un par de cosas que hacer y no puedo dejarlas de lado, ya sabes. Aunque estaré para la cena y además, mañana estaremos todo el día juntos. 

—Agh, vale.

—Prometo compensarlo. 

—Claro que lo harás, pero por mientras dame un beso porque ya me tengo que marchar. 

Wonderland |Jelena|  |Primera temporada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora