Capítulo quince

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—¡Mamá, basta!—dije por enésima vez— Ya te he respondido de todas las formas posibles y quiero que sepas que estoy harta de que me lo sigas preguntando.

–Pero...

—Pero nada, mamá. Soy virgen y necesito que te quede claro de una vez por todas.

Sin querer escucharla más, subo a mi habitación y me doy una ducha. Lo necesito. Mi mamá había estado durante todo el día a mi alrededor dándome pequeñas charlas hasta llegar a ser estresante y no podía más. Dejo que el agua caliente me relaje y se lleve mi tensión.

(.....)

—¡Demonios!

«Espero que no lo haya hecho»

—¡Bienvenido!

«Mierda, lo hizo»

—¡Mamá!—dije mientras bajaba por la escalera—Te dije que no lo hicieras.

—Tradición.

Resople. No sé de dónde mi madre había sacado que pegarle a los novios de sus hijas con la sartén. Según ella, mi abuela había hecho lo mismo con su primer novio y los que le siguieron porque le daban suerte en sus relaciones.

Una vez pierdo de vista a mi madre, miro a mi guapísimo novio que está sobandose su cabeza con la mano.

—¿Estás bien?

—¿Era necesario esa bienvenida?

—Según mi madre, sí. Según ella, da buena suerte y aunque me lo advirtió en algún momento del día, le dije que no lo hiciera.

—Pues te escucho bastante. ¿Me va a recibir siempre así?

—No lo creo.

—Espero que sea así, porque de otra forma, no sé qué será de mí.

—No seas exagerado—me río—. En fin, te extrañé.

—No más de lo que yo a ti.

Como siempre hace cada vez que va a besarme, me agarra de la cintura y me acerca a él. Flexiona un poco las rodillas hasta quedar a mi altura y me da un ligero mordisco en mis labios antes de besarme.

—¿Sabes? Podría quedarme en esta posición mi vida entera.

—¿En serio?

—Claro, pero para mí desgracia, hay una cena y no quiero que tu madre se lleve una mala impresión sobre nuestra relación.

Vuelvo a reír y diez minutos después, estamos los tres sentados en la mesa degustando la tarta que mi madre había hecho. Todo salió bastante bien, a decir el verdad. El hecho de que ellos ya se conocieran y se llevaran de maravilla, lo hacía todo muchísimo más fácil.

—Gracias, Mandy, creo que esta fue la mejor tarta que he probado en mi vida.

—Pues ven más seguido y prometo que te haré todas las que quieras—la sonríe.

—Prometo hacerlo.

—Por cierto, Justin. Tengo una pregunta que hacerte.

Fruncí el ceño y miré a mi madre. Solo esperaba que hiciera la pregunta que hiciera, no fuera vergonzosa.

—¿Eres virgen?

Miro a Justin y éste no sabía que responder. Contengo las ganas de reírme. Sin lugar a dudas, mamá era una experta en preguntas vergonzosas.

—No—responde finalmente.

Ella asiente—. Bien, al menos sé que fuiste honesto.

—¿Era necesaria esa pregunta?—pregunto.

—La verdad es que no. Solo quería molestar un rato—se encoge de hombros—. Bueno, chicos, hagan lo que hagan, recuerden usar siempre protección. 

—¿Qué hice para merecer esto?—murmuro.

Wonderland |Jelena|  |Primera temporada| Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora