-Tenemos que hacer algo. – Dijo Ron, quién se encontraba apoyado en una de las columnas del patio empedrado.

-No puedes dejar que Voldemort gane. – Insistió Hermione.

-Ya lo sé, ya lo sé. – Protestó su amigo, rascándose la nuca con nerviosismo y mirando para todos lados, comprobando que nadie los oyera. – ¿Pero qué podemos hacer? Nadie me cree que haya regresado, y Umbridge solo se obsesiona con ridiculizarme y negar todo.

-Tú sabes hechizos de defensa, Harry. – Comentó pensativa la chica. – Si nos ayudas, quizás podamos defendernos de un posible ataque. Con Umbridge de profesora no tenemos posibilidad de aprender algo útil en Defensa.

Harry y Ron la miraron sorprendidos, sin llegar a creer lo que estaba comentando.

-Vamos, no me miren así. – Se defendió la chica mientras se cruzaba de brazos.

-Hermione tiene razón Harry. – Apoyó Ron. Harry los miraba en hito en hito, sin creerles que en verdad le estuviesen proponiendo que les enseñe hechizos de defensa y ataque.

-Ustedes no tienen idea de lo que están hablando realmente. – Dijo enojado y reacio a aceptar, incorporándose y dejándolos solos.

Ambos amigos se miraron por unos instantes y luego suspiraron al unísono.

-Habrá que convencerlo.

-Yo me encargaré de eso. – Aseguró Hermione.

Dos semanas habían pasado desde la charla que habían tenido el trío de amigos. Dos semanas que sin duda para Harry fueron consideradas como las peores de su vida. Incluso una semana en la casa de sus tíos eran vacaciones ante lo que tuvo que pasar con Umbridge. Y fue por ese motivo que terminó aceptando la idea de Ron y Hermione. La chica, quien no perdió su tiempo, rápidamente organizó una reunión en la Cabeza de Puerco en sus visitas a Hogsmeade y varios alumnos de todas las Casas (a excepción de Slytherin, claro) acudieron y se anotaron en lo que se llamó "El Ejercito de Dumbledore", firmando un pergamino especial para mostrar su compromiso.

Pese a que no tuviesen lugar donde practicar, y luego de que Umbridge prohibiera las reuniones estudiantiles no aprobadas por la Suma Inquisidora y consiguiera el apoyo de varios alumnos de Slytherin (los que fueron elegidos en Primer Año, no con lo que Dumbledore había hecho), los alumnos se mantenían en contacto y estaban al pendiente de donde se iban a realizar las reuniones.

Malfoy, quien no era tan idiota como aparentaba ser, sabía que algo andaba mal. Algo raro sucedía con Wicket, Granger y Potter; y lo supo desde que comenzaron a evitarlo luego de que se uniese a la Suma Inquisidora. Y aunque no había sido de su total agrado y conveniencia, decir que había sido forzado a unirse era exagerar. Sólo se unió porque no quería causar tanto revuelo, y que llegara a oídos de su padre que se estaba juntando con la gente que no debía.

Decir que se había unido para tener una aprobación de parte de su familia era lo justo. No quería decepcionarlos, al fin y al cabo. Pero tampoco quería comenzar a traicionar ese sentimiento nuevo que golpeaba su pecho cada vez que veía a Hermione dirigirse a él con una sonrisa en su rostro.

Pero nunca se puede estar bien con Dios y el Diablo. O es uno, o es otro. Y para su desgracia, Malfoy eligió sin notarlo estar bien con el Diablo.

Por eso era que dos semanas después se dirigía a arreglar las cosas con Granger; a conocer que era lo que andaba mal y si la había cagado en algo. Pero aunque se dirigió a su sala común, al gran comedor e incluso a la biblioteca, no la encontró por ningún lado. Dejó su orgullo de lado y se dirigió con Trevor, pero la existencia de Wicket parecía irreal en el Castillo, porque tampoco lo halló. Comenzaba a ponerse molesto cuando tuvo que buscar al cuatro ojos de Potter, sintiéndose como un completo idiota y un perro faldero.

Recorrió mínimo tres veces todo el colegio sin rastros del grupo de amigos. Incluso comenzaba a notar que faltaban más alumnos de la cuenta, y supo que clases por el momento no había, ya que comenzaban dentro de media hora.

Estaba tan obstinado y dispuesto a encontrar a sus amigos que se repetía constantemente en su cabeza donde se podrían encontrar. Y estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percató que había pasado tres veces por un lugar donde una gran puerta que nunca antes había visto se encontraba ante él.

-¿Qué demonios...? – Murmuró para si mismo.

Con la curiosidad a flor de piel, Malfoy posó sus manos en la gran puerta y empujó sin dudar ni un segundo. Ni bien la puerta se entreabrió, pasó su cuerpo y cerró la pesada madera detrás de sí. Cuando volvió a girarse, se encontró con un montón de alumnos que lo miraban entre sorprendidos y asustados.

Divisó a Potter, Wicket, Granger y Weasley en el fondo de la sala, con sus varitas en alto pero observándolo fijamente a él. Draco, quién no sabía cómo reaccionar y que cara poner, trató de mantenerse frío e inexpresivo, recorriendo todo el lugar con su mirada.

Pero para su error, no se percató que los gemelos Weasley se acercaban a él por sus costados, y en el momento en que se percató de su existencia, ya era tarde: los gemelos le habían golpeado la cabeza, dejándolo inconsciente en el suelo.

-Y bueno, ¿Qué hacemos con él? – preguntó Fred mientras observaba el cuerpo tendido en el frío suelo siendo pateado levemente por George.

Hermione se horrorizó ante lo que hicieron y corrió a su lado, agachándose y sujetando la cabeza del rubio entre sus manos, ubicándola en sus piernas.

-¡Son unos brutos! – Se quejó con preocupación, para luego pasar a revisar a Draco mientras omitía escuchar las risas de los presentes.

-¿Qué hacemos con él, Harry? – preguntó un alumno de Ravenclaw.

Potter miró a Malfoy tendido en el suelo, y contra su pesar y observando los ojos preocupados y llenos de terror de su amiga, murmuró:

-Él ya sabe mucho. No puede salir de aquí. – Potter no era idiota, sabía que Draco pertenecía a la Suma y que si lo dejaban ir, iba a joderlo todo.

-Vaya, eso ha sonado tétrico. ¿Qué quieres decir realmente? – preguntó divertido Fred mientras se acercaba a él.

Fue Trevor quien tomó la palabra, con una sonrisa en sus labios pero un tono serio:

-¿Qué no es obvio? Tenemos un nuevo integrante.

Varios alumnos rieron ante lo que supusieron que era una broma de Trevor, pero cuando observaron que éste estaba con el semblante serio y se acercaba a Hermione para ver si Draco se encontraba bien, callaron rápidamente.

-Tú... ¿Lo dices en serio?

- Le guste o no, tendrá que formar parte de nuestro grupo.

Toda la Sala miró al único alumno presente de Slytherin de Primer año, mientras pensaban para sus adentros que lo que se venía iba a estar bueno. 


N/A: NELEYA ACTUALIZANDO SUS DOS DRAMIONES SEGUIDOS? IMPOSIBLE! VOY A HACER QUE LLUEEEEVA.

Bueno, dejando la broma, este capitulo me ha costado porque ha decir verdad me habia olvidado como venia la trama con Umbridge y el E.D. Si ven que cometí un error en alguna parte, por favor, díganmelo . Gracias!!

Slythendor. [Dramione. Harry Potter]Where stories live. Discover now