Esperanza.

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Qué capitulo malo, mil perdones. 

Esperanza.

Hermione calló. No podía hablar; no necesitaba hablar. Los penetrantes ojos de Trevor la observaban con precaución, sorpresa y temor. Sus manos estaban convertidas en puños, apoyadas en el frío cemento. Su cabello revuelto caía sobre su frente, resaltando el verde de sus ojos y la palidez de su piel.

Asesino.

Quien lo diría. Quien se atrevía a serlo.

Los pies de la chica estaban incrustados en el suelo; su mirada, perdida en la nada.

-No voy a hacerte daño. - susurro de pronto él. Hermione se tensó. - De verdad, estás pensando cosas que no son.

¿Cosas que no eran? Acababa de decir que era un maldito asesino. ¿Como confiar en que no la iba a lastimar?

-Trevor...- suspiró agotadoramente, con la cabeza gacha y la mirada ahora clavada en el suelo. - No puedo confiar en que no me harás daño. No me das una opción. - contestó con miedo, comenzando a retroceder lentamente.

-¿Que no te doy una opción? - repitió incrédulo. - Maldita sea, Hermione. Te acabo de decir algo que nadie sabe, acabo de confiar en ti y me dices que no te dejo opción.

-¿Por qué no se los has confesado a otros, entonces? - preguntó ella, levemente enojada. Paró en seco sus movimiento y aguardó su respuesta.

Ahora Wicket abrió la boca pero luego la cerró, sin saber que contestar. Granger levantó una ceja.

-¿Y bien?- insistió.

-Bueno, yo...yo... No lo sé. Sentí que tenía que decírtelo. - Impulsivo. Eso es lo que era Trevor: impulsivo.

-¿Por qué? - volvió a inquirir.

El chico bufó por lo bajo, repentinamente enfadado.

-Haces muchas preguntas. - Se quejó, metiendo sus manos en sus bolsillos y mirándola con un brillo en sus ojos. Hermione se permitió sostenerle la mirada.

-No me tengas miedo, lo hice en defensa propia- siguió con su confesión. - Unos malditos mortifagos iban a matar a mis padres, y yo solo los protegí. Y volvería a hacerlo.

Eso cambiaba todo. Eso mejoraba absolutamente la situación. Pero no iba a demostrarle que estaba un poco más calmada con aquello.

-¿Defensa? ¿Como unos mortifagos llegaron hasta tu casa? - preguntó, pero luego de unos segundos, abrió los ojos por la sorpresa, cayendo tarde en lo que acaba de decir: - ¿Mortifagos? ¿Quieres decir que asesinaste a más de una persona? - preguntó perpleja.

Trevor extendió su brazo y se acercó a ella para tranquilizarla, pero la calma de Hermione estaba en otro lado menos allí. Ella se alejó unos pasos, tensando sus músculos y ubicando sus brazos frente a su pecho, en una señal de protección

En la mirada de Trevor se divisó un deje de decepción y tristeza.

-¿Que harías si tres mortifagos irrumpen en tu casa, con la varitas en alto listos para sacarte lo más preciado de tu vida? ¿Los dejaras hacerlo? - preguntó con sus dientes apretados, tratando de no perder los estribos. Ella no podía defender las vidas de aquellos seres inmundos. Ella tendría que conocer la maldad que el mundo mágico, lamentablemente, daba.

Hermione calló y agachó la cabeza, avergonzada. Estaba en una posición muy difícil. Seguramente, si se le presentaba ese problema, no dudaría en atacar a los villanos que lastimarían a sus padres, pero no sabía si podía llegar tan lejos como Trevor. Aún así, no podía tildarlo de asesino por querer proteger a sus seres queridos.

-No estoy contento con lo que hice. - confesó. - Aún cuando ellos eran unos malditos, no dejaban de ser personas. – reconoció a duras penas. - Pero en ese momento supe que nada los detendría, incluso el saber que mi padre era un mago también. No se que problema habrán tenido entre ellos en la adolescencia de mi padre, pero supuse también que no estaban allí solo porque lo madre era muggle.

-¿Venganza? - susurró la chica.

Él se encogió de hombros.

-Recuerdo la sorpresa en el rostro de mi padre. Incluso los reconoció a los tres. De allí y de que mi madre se puso a gritar que debió haberlos matado en su preciso momento es que supuse que los dos sabían porque estaban allí, y que ellos venían a por nuestras vidas.

-¿Y qué supones que hizo tu padre para que los mortifagos hallan ido en su búsqueda, arriesgándose a ser reconocidos?

Trevor la miró y le sonrió macabramente, dándole un escalofríos a Hermione.

-Eso, mi querida amiga, me lo guardo para mi. - Era malo. Ella supo que allí había algo más que un simple asesinato.

Suspiró y se acomodó el cabello, el cual era azotado por el viento. Los ojos de Trevor siguieron clavados en ella, siguiendo cada movimiento que hacía.

-Me pones incomoda. - Soltó de pronto.

-Quiero que lo sepas: no voy a hacerte daño. - insistió. Granger tomó aire y, siguiendo una corazonada, decidió creerle.

-Te daré el beneficio de la duda. - exclamó. - Pero tendrás que esforzarte para que te crea realmente. Para que confíe ciegamente en ti.

-¿Así como lo haces con Harry y Ron? - preguntó divertido. - ¿Sabes? Yo desearía tener unos amigos así. Debe ser lindo.

Ella frunció sus cejas, pensativa.

-Creo que si les dices que has matado a tres mortifagos defendiendo a quienes amas, te seguirán hasta el fin del mundo.

-¿Odian también a esos malditos?

-Eso es una de las muchas razones por las que odian a Malfoy.

Silencio. Era algo que pocos sabían, incluso habían pactado no revelarlo, pero Hermione acababa de hacerlo. Que gran y feo desliz.

-¿Es un mortifagos? - susurró acercándose a ella, sabiendo de antemano que había acrecentado el odio de él hacia el rubio.

-No, sus padres lo son. - reveló. - pero por favor, no le digas a nadie. - exigió con una mueca infantil. Trevor quedó parado frente de ella, observándola con sumo interés, rompiendo a reír con aquella suave y calmada risa suya por el gesto de la chica.

-Soy una tumba. - comentó, al tiempo que acomodaba un rebelde mechón del cabello de la chica detrás de su oreja. Sonrió de lado, embriagado por ella.

Un calor se apodero del rostro y cuerpo de Hermione al sentir que Trevor no retiraba su mano de su mejilla, acariciando con sus pulgares delicadamente su piel.

-¿Crees en verdad que puedo llegar hacerte algo malo? - preguntó en un murmullo. Se acercó lo suficiente para que sus rostros quedaran solo a milímetros de tocarse. Con un suspiro, ella se encargó de cerrar la distancia que había entre ambos, uniendo sus frentes en un gesto suave.

-No. - reconoció, con las mejillas ruborizadas. Tenía sus manos entrelazadas detrás de su propia espalda, sin saber donde ubicarlas.

Algo en la mirada del pelinegro cambió cuando escuchó aquello. Esperanza en su mirada, y esperanza en su corazón. Tenia que confesarle lo demás, pensó. Pero ahora no era el momento; quizá lo hiciera mas adelante.


N/A: Sí, lo sé. Una mierda, así describo yo este capitulo. Es lo mejor que ha salido luego de estar una semana estudiando a full. Y ahora bien, yo veo que votan, leen, pero...¡INTERACTÚEN! HEEEEEEEEEELLO! Saben que me encanta hablar!  Tengo una dudita: Quienes de ustedes viene de leer mi anterior Dramione? Simple curiosidad :3

Slythendor. [Dramione. Harry Potter]Where stories live. Discover now