Slythendor. [Dramione. Harry Potter]

Nido de Serpientes.

Nido de serpientes.

Hermione tenía ganas de llorar, pero llevaba conteniéndose toda la mañana. Ni bien el sombrero había dicho su nombre, sintió como su mundo se venía literalmente abajo. Aún recordaba la sensación amarga que le había dejado en la boca cuando tuvo que preguntar a sus nuevos compañeros por la contraseña de la sala común. Aquellos la miraron fríamente y se rieron maliciosamente, disfrutando la escena.

-No seáis tan crueles con nuestros nuevos compañeros. – Había dicho sarcásticamente Malfoy, abriéndose paso entre la multitud que estaba apretada en las frías y húmedas mazmorras, frente a la puerta de su sala.

Harry, que se encontraba entre varios alumnos de Gryffindor y Hufflepuff que habían sido seleccionados y estaban más confusos que Granger, puso los ojos en blancos cuando escuchó la irritante voz del rubio.

-Todos somos familia ahora, ¿no es así, Granger?  - Malfoy se dirigió a ella ya que había sido aquella quién preguntó sobre la contraseña. – Te daré una mano con esto: es algo que tú no eres. ¿Curioso, verdad? – siguió sin dejarla intervenir. – El como Slytherin está asociado a alumnos no descendientes de muggles, y aquí estás tú, elegida por el sombrero seleccionador. Me pregunto  el por qué. Curioso, en verdad.

Harry se ubicó al lado de su amiga y le lanzó una mirada de muerte a Malfoy, quién no perdió la oportunidad de despreciarlo a él también. Pero antes de que alguna de sus palabras llegasen a salir de su boca, Hermione había respondido astutamente a su anterior comentario:

-Y es curioso el cómo también una Casa representada por la astucia admite a un alumno tan idiota. Deberá ser porqué no sabían donde meterte, dado que todavía no se creó una Casa para los idiotas. Una pena. – Culminó su audaz respuesta con una sonrisa en los labios. Draco convirtió sus manos en puños y optó por cerrar la boca, no sin antes prometerle con la mirada que ésta batalla todavía no estaba ganada.

La sala, para ese entonces, ya se había abierto, y ninguno de los antiguos alumnos tuvo la decencia de mostrarles las instalaciones a los demás. Tuvieron que apañárselas solos y, cuando llegó la hora de elegir las nuevas camas, tanto las chicas como los chicos se mostraron muy posesivos.

-Esto es ridículo. – Comentó Pansy mirando a los estudiantes de Hufflepuff y Gryffindor con asco. – No pienso compartir la habitación con ustedes. No vaya a ser cosa que me contagie alguna enfermedad.

Hermione, quién se encontraba al lado de Matilde, una chica pelirroja de la otra Casa, se cruzó de brazos y se dirigió a una de las camas que se encontraba alejada de la puerta. Matilde la observó y la siguió, tratando de no encontrarse sola en la situación.

-Es mejor estas unidas, ¿no es cierto? – preguntó tímidamente. Su cara estaba manchada por pecas y sus dientes parecían de maderas; pero su mirada era cálida, como si una fogata había sido extinta no hacía mucho.

Hermione le regaló una sonrisa afectuosa y asintió con la cabeza. Aquella chica le recordaba a Ginny, y pensó en lo bien que le vendría tenerla a su lado.

-Estuviste muy bien en responderle aquello a Malfoy. – Soltó con convicción. – Es un imbécil. – Agregó por lo bajo. La leona rió con ganas y las presentes en el cuarto se la quedaron mirando. Poco a poco fue acallando su risa, percatándose de que iba a encontrar difícil adaptarse allí.