8. Sentimientos ocultos

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-Me alegra saber que en este mundo sigues siendo un ignorante burlón -comentó ella rondando los ojos. El Dean de su mundo era exactamente igual al del ese mundo, le sorprendía que tuvieran tanto en común considerando que Sam tenía diferencias con su otro yo.

Dean dejó las bolsas en la cajuela, aunque todas no entraron entonces un par tuvo que dejarlas en el asiento trasero. Lily esperaba en el asiento del copiloto mirando el cielo que pronto oscurecería. Esa sería su primera noche en aquél mundo, con sus otros hermanos. Aunque teóricamente su primera noche en esa dimensión la pasó con Castiel luego de desmayarse al escapar del gimnasio.

Por un momento pensó en el morocho. Pasó todo el día sin verlo y lo extrañaba aunque no lo conociera a fondo. Su presencia le hacía sentir segura, se sentía conforme y cómoda. Hasta podía admitir que lo extrañaba. Negó con la cabeza. ¿Cómo vas a extrañar a alguien que prácticamente ni conoces? Pensó sin estar segura de sus sentimientos.

Sus emociones se volvían locas al estar cerca del ángel, tal vez porque era una criatura majestuosa, pero la razón le impedía actuar decididamente. Debería hablar tarde o temprano de sus sentimientos extraños hacia Castiel. Ni ella los entendía completamente. Pero luego se dio cuenta de que no podía hablar con nadie del morocho, porque las dos únicas personas que eran adecuadas para la charla no estaban en ese mundo.

La primera sería su madre. La rubia le contaba todo a Mary. Y su madre opinaba al respecto dándole consejos y avisos en una relación. Sin Mary a su lado, probablemente ella sería un desastre en la vida. Pero Mary ya no estaba, ni en su mundo ni en esa realidad alternativa. Eso le dolía terriblemente.

La segunda persona sería Amy. Su mejor amiga desde los trece años. El misterio de Amy quedó en la otra dimensión. Tendría que hablar del tema con Castiel cuando volviese, quería sabes sobre la castaña. Quería saber que si amistad era una mentira, quería saber exactamente qué era ella, quería entenderla. Después de que Mary se fuera a un lugar mejor, Amy le ayudó en su relación con Brady, la apoyó con comida sabrosa cuando terminaron, criticó a su ex-novio y siempre estuvo para sus lágrimas. Le costaba entender qué era Amy porque no importaba lo que fuera, desde los trece años la apoyó. Eso le cambiaba toda su perspectiva haciéndole dudar de toda su vida. Hablaría con ella de Castiel, pero la castaña quedó atrapada en su otra dimensión y no parecía salir de ella para estar con ella. Una parte de ella estaba preocupada por su amiga.

Pronto Dean entró en el auto, haciendo que la rubia se despegara de sus pensamientos. Si algo odiaba Lily de ella era en el pensar demasiado. Pensar demasiado era su perdición, y ahora que no tenía con quién compartir esos pensamientos... Era más difícil.

Eso sí, tenía a Sam y a Dean de esa dimensión que parecían ser más unidos que sus verdaderos hermanos. Pero no era lo mismo. La confianza entre los tres era estable pero todavía necesitaba trabajo. Además eran hombres, ellos nunca entendían los raros y entrecruzados pensamientos de las mujeres.

-¿Estás bien? -preguntó su hermano al ver que ella no respondía a su presencia. Sus ojos estaban clavados en un punto fijo fuera del auto y su cuerpo inmóvil.

Lily no se había dado cuenta, pero había empezado a llorar una vez más. Por mucho que quisiera convencerse, estar en un mundo que no era el suyo, sabiendo que existían cosas sobrenaturales que querían dañarle... Era demasiado para digerir y extrañaba su antigua vida. En la cual lo más terrible era encontrarse con Brady y su nueva novia por la calle.

-¿Qué? Sí, sí, estoy bien -respondió tratando de convencerse de eso.

-No lo pareces -comentó Dean. Él y los sentimientos no tenían una relación directa, pero sabía cuando alguien estaba mal. Lily tenía los ojos llorosos y, para sorpresa de Dean, pudo leerle los gestos.

Black Wings [Supernatural]Where stories live. Discover now