Bianca me mandó un mensaje y ese instante me vino a la mente lo que había hecho esta mañana. Había cogido su móvil sin permiso mientras ella estaba en el baño, ya que no paraba de vibrar: todo eran llamadas de Marco. La curiosidad me mataba y no pude evitar leer los mensajes que le había puesto; que si la echaba de menos, que estaba deseando que volviera, que estaba ansioso por volverla a besar... Me dio mucha rabia, así que antes de estampar el puto móvil, vi mejor la opción de borrarle los putos mensajes. Luego ella salió del baño con esa sonrisa y se me olvidó todo. 

-Justin. -mi madre me dio un toque de atención. 

-Es muy bonito mamá, seguro que te encanta trabajar aquí. 

-¡Sí, esto es maravilloso! -hacía tiempo que no la veía tan entusiasmada.

Sonreí.

-Me tengo que ir, tengo un evento este noche y debería ir a ducharme y prepararme. 

-Vale cariño, ten cuidado y nos vemos pronto, ¿vale? -me abrazó y yo la besé fuertemente en la mejilla.

-Y tú vuelve pronto que te echamos de menos.


Volví al hotel rápidamente y busqué a Bianca en su cuarto, no estaba, sin embargo se oía el sonido del agua de la ducha, así que supuse que se estaba dando un baño, y yo hice lo mismo en mi habitación. 


Narra Bianca.

Terminé de ajustarme la ultima tira del vestido negro que llevaba puesto y estaba definitivamente lista. Fui a buscar a Justin, y en cuanto crucé la puerta hacia su cuarto le escuché hablar por teléfono. 

-Que sí, muy bien... lo que tú digas. Adiós. - colgó y tiró el teléfono sobre la cama. 

Se acababa de dar cuenta de que estaba aquí, y sonrió.

-¿Quien era? -pregunté.

-Nadie importante.

-Vamos... Justin.

-Amanda. -responde, secamente. 

-Ah. -instintivamente se me puso mala cara. Solo recordar la de veces que la he visto pegada al culo de Justin y hablando de él me revolvió el estomago. 

-Solo quería molestarme, como hace siempre que paso de ella. -me aseguró, aunque sus palabras sonaron un poco bruscas. 

-Está bien -asiento, aunque todavía estoy un poco molesta. El recuerdo de Amanda cerca de él me ponía mala.

-Vamos, Bianca... No te pongas de morros. -se echa a reír y me hace cosquillas.

No puedo evitar una risita nerviosa.  

Me agarré a su cuello cuando me alzó en el aire sosteniéndome de la cintura, nos estábamos riendo y ya había olvidado el pequeño incidente de hace unos momentos. ¿Como no me iba a olvidar de todo lo malo si me miraba así? 

Comencé a darle piquitos por toda la mandíbula ganándome sus caricias. Me mantenía cerca. Me tumbó suavemente sobre los almohadones de su cama y se colocó encima de mí. Solo nos acariciábamos, nos mirábamos sin detenimiento... era especial. 

Comenzó a dejar suaves caricias y pequeños besos por mis brazos, hasta llegar poco a poco a mi clavícula. 

-Estar contigo así es como tocar el cielo con las manos. 

Musitó, dejando un beso húmedo justo debajo de mi boca. 

-Me encantas Justin... -susurré acariciando su nuca y su pelo. 

Love in New York. {Justin Bieber}Where stories live. Discover now