Capítulo extra

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Nuestro final feliz

Después de nuestra pequeña boda secreta, fuimos a un lago que estaba cerca de allí, esa fue nuestra luna de miel. Recuerdo que no teníamos ropa para podernos meter, le propuse a Leandro que lo hiciéramos desnudos; este lugar no era tan concurrido, así que no veía que lo hiciéramos así. El sol se terminó de caer en medio de las montañas a nuestra espalda y las cómplices de nuestro secreto comenzaron a brillar sobre nosotros, esa noche el cielo estaba inundado por ellas, y la máxima de todas, tan redonda y blanca como la primera vez que lo hice con Leandro en su departamento.

Han pasado cinco años de nuestra boda. La vida color de rosa en realidad no existe, así estés con la persona que más amas en el mundo y logres lo que siempre has deseado, el color rosa en algunos momentos se opaca. Leandro y yo hemos discutido en muchas ocasiones, pero llegábamos siempre a perdonarnos con el tiempo. No nos hemos separado, ninguna de aquellas peleas hacían que el otro se fuera de casa, Leandro siempre dormía en el sofá o yo buscaba refugio en la cama de Zoé, que por cierto la pequeña ya está en la escuela, el año pasado la ascendieron un año más pues su promedio y la manera en la que estaba aprendiendo las cosas era mucho más rápido que la de los demás niños.

Termino de colocar las cosas sobre la mesa, y escucho sonar el timbre de la nueva casa en la que estoy viviendo con Leandro hace un par de días, y para inaugurarla decidimos hacer una cena con todas las personas que han vivido con nosotros nuestra historia de amor.

La vida no es como la planeamos, existe un destino que busca oscurecer tus días. Mis tacones suenan en el suelo de madera mientras me encamino a la puerta para abrir a nuestro primer invitado; los padres de Leandro llegan junto mi padre con una medio sonrisa en su rosto, hace tres meses que murió mi madre a consecuencia del tumor que crecía dentro de ella, el cáncer se expandió por todo su cuerpo y las quimioterapias no estaban dando resultado rápido. Mi corazón quedó en paz con ella pues nuestra relación había mejorado desde ese entonces cuando Federico se fue a la cárcel, le quedan muchos años allí, espero que eso lo haga reflexionar. Rodeo a mi padre con los brazos, dejo rastro de mis besos en su mejilla y le doy paso para que entre a casa, le sugiero que vaya al baño para que se pueda quitar el rastro de mi labial en su mejilla y soltamos una risita.

Vuelvo a la mesa, y dejo el vino que ha traído mi padre como decoración sobre ella, quizás al final de la noche lo sirvamos estando en la mesa de estar.

—Mami, ¿El abuelo dónde está? Lo quiero saludar.

—Princesa, está en el baño quitándose el labial que le he dejado pintado en su mejilla.

Zoé sale corriendo supongo que al baño en busca de su abuelo.

—Mi amor, mira quienes han llegado. —Leandro se hace a un lado y entran a la habitación la Chloé Briands, la madre de Isa.

— ¡Hola Chloé!—La rodero con mi brazo libre, pues con el otro tenía una bandeja.

—Hola Eli, mírate cómo has cambiado. Ya no eres esa jovencita que cuidaba de mi Isa.

— ¿Cómo estás? ¿La pequeña dónde está?

—Se ha quedado en el auto buscando un regalo que trae para ti.

Los grititos de una chiquita han subido un poco más de tono, Isa ya no es tan pequeña como la recordaba, ahora tiene 8 años, su hermoso cabello sigue igual. Se lanza sobre mi cuando entra a la habitación, le doy una vueltitas en el aire y al dejarla en el suelo me entrega un cuaderno.

— ¿Esto es para mí?

—Claro que si Beth. —No me deja de llamar así. —Allí está escrito todo lo que he hecho desde que te fuiste, bueno un año después que aprendí a escribir. —Y no ha dejado de jugar con su cabello mientras habla.

Mientras invito a la sala de estar a Chloé, se disculpa porque su esposo no haya podido venir, tuvo una reunión en la empresa y yo digo que todo está bien así. Aún sigue casada con el hombre que la conquistó. Sigue trabajando con los colombianos pero ahora se ha convertido en inversionista y no es una empleada más. La felicito y me encamino de nuevo cuando es sonido del timbre resuena por toda la casa.

Comienzo a gritar como quinceañera al ver a Ibu tomado de la mano del chico que trae con él. Me lanzo en sus brazos y da unos pasos atrás por el impacto con que me recibe, soltamos unas risas.

—Cuanto te extrañaba, tonto. —Mi sonrisa no desaparecía.

—Eso se nota. —Suelta una risa junto con su novio pero él lo hace más a despacio. —Te presento a Fernando Smith, mi novio y...

— ¿Comprometido? —Abro los ojos como platos y mis manos se estrellan en mi boca. El anillo en el dedo de aquel chico era imposible de no ver.

—Así es, y queremos que seas la testigo en nuestra boda.

— ¡Claro que si lo quiero, pero entremos no podemos esperar más aquí.

Ibu se ha graduado con honores de la universidad en medicina, ahora la ejerce pero está por terminar la especialización en cirugía plástica. Se comprometió con el chico frente a la Torre Eiffel.

—Su amor va a ser eterno e imposible de acabar.

—Eso esperamos. —Dice Fernando, besando la mejilla de Ibu.

—Leandro y yo nos hicimos fotografiamos junto a esa hermosura de torre y mira como estamos. —Sonreí — ¿Julieta dónde está?

—Ya sabes cómo es, se ha cambiado de vestido millones de veces para venir. —Rueda los ojos.

—Me lo debí imaginar. —Dejo a los hicos junto a los demás en la sala de estar.

Busco nuestra habitación, me encamino al tocador, coloco un poco más de maquillaje y vuelvo a cepillar mi cabello. Un poco más de loción y entra Isa junto con Zoé corriendo.

—Mami, mami ha llegado la tía Marian y mi tío Aaron.

Lo suponía cuando escuché su "Holoooo" por toda la casa, no ha cambiado mucho en su manera de ser, Marian ha terminado sus estudios en veterinaria, se casará con Aaron luego de que se enteró que estaba en embarazo del hombre a quien amó, y lo que nunca creí decir de ella, no me quiero ver gorda en las fotografía, ya estaban los preparativos terminados y solo quedaba una semana para que dieran el sí frente a doscientos invitados en la ceremonia, y son ese cantidad de personas pues Aaron al convertirse en el mejor arquitecto de la ciudad ha entregado diseños para edificios centrales de todo Nueva York, casas para artistas famosos y la lista es innumerable.

Cuando estamos dispuestos a sentarnos a la mesa para poder comer lo que habíamos preparado junto a Leandro y Zoé, Julieta llega a casa. Su mala costumbre de hacerse esperar no había desaparecido. Y como siempre era la más hermosa de todas. Es la única soltera de todos los que estamos en la mesa.

Enciendo las velas que había colocado por toda la sala, apago las luces y las velas dan ese toque de unión entre nosotros.

—Gracias por venir aquí. Ustedes han sido parte de nuestra historia, parte de mi contra corriente. Y el principal motivo era compartir nuestra noticia con las personas que más amamos.

—No vayan a decir que irán del país, porque los mataríamos. —Suelta Marian.

—Claro que no. —Suelto una risa.

— ¿De qué estás hablando entonces? —Le da un sorbo a su vaso de agua Julieta.

—Lo que les queremos decir es que, Elizabeth y yo estamos esperando nuestro segundo hijo.

— ¡Felicidades! —Comienzan aplaudir todos, y a felicitarnos cada una de las personas que están junto a nosotros.

Y esta fue nuestra historia. Porque ir Contra Corriente, también trae cosas buenas. 

Contra CorrienteWo Geschichten leben. Entdecke jetzt