Capitulo 7: Novelas de ciencia ficción con sexo

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-¿Sabes?- comenzó a decir -me encantan las novelas de ciencia ficción y el sexo- había un poco más profundidad en sus palabras ahora -mientras escuchas una canción de Guns n' Roses y te la están chupando es...¡alucinante!- sus ojos se posaron en mi -como si mi vida no dependiera tanto del alcohol-

-¿Cuál es el punto?-

-He estado con otros chicos anteriormente y ninguno me había hecho querer volver a repetirlo de una forma tan violento, como me gustaría hacerlo contigo-

La sensación en mi estomago se hizo presente y una punzada me hizo querer soltarme a vomitar, me quedé paralizado, creo que había cierto grado de trauma romántico enfermo en sus reveladoras palabras, ni siquiera le conocía bien, eso era claro, pero Bill era el tipo de chico que usa cuero y tiene una moto al que las chicas abren sus piernas, para mí sin embargo él no era una opción, era mi salida de la realidad por un momento.

-Creo que voy a vomitar- le confesé.

-¿Te sientes bien?- preguntó sin expresión.

-No- la actitud de Bill era un poco cruel y egocéntrica tratándolo mejor, no es el chico que me invitó a pasar a su casa aquella vez, quizás era su máscara, la que cubre todas las heridas y la mierda que nos hace como somos -¿por qué crees que puedes ser así conmigo?-

-No lo hago...- declaró -quiero decir que no pienso que pueda, solo quiero, pero eres tan fuerte y frágil a la vez que es tan fácil y difícil domarte-

-No soy un animal- le dije.

-No quiero involucrarme en un drama- volteo -¿quieres venir a mi casa?- encendí un cigarrillo y lo puse en mi boca.

-Eres un tipo muy raro-

-¿Vienes o no?- y dude solo por un momento, tampoco era como si pudiera decir que no, era muy guapo y el cuerpo pide cosas extrañas a veces, hay necesidades que nunca son satisfechas.

-Espero que tengas algo de beber- dije.

-Siempre- se puso sus gafas de sol y me sentí un poco intimidado al meterme con alguien como él, sin embargo, lo bueno de los alcohólicos es que siempre tienen algo que tomar.

-Entonces, vamos- la última vez que estuve en su casa follamos en su sillón, esta vez no sería diferente, se montó a su moto y me subí ala parte trasera de ella.

-Usa mi casco- ordenó entregándome el objeto duro y cubierto de llamas color negro -sujétate bien rojizo- tire el cigarro en el charco del suelo y me sujete de su cintura.

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Comencé a besarle el cuello como la última vez mientras el acariciaba mi pelo.

-Me gusta el color de tu cabello- dijo y podíamos vernos mejor ahora que era de día, sujeto mi mandíbula y me puso directamente hacia sus labios, los gestos en nuestros rostros parecían de dolor.

-Quítate los pantalones- dije separándome de él en un suspiro, el empezó a desabrochar su cinturón y poco a poco a bajar sus pantalones hasta que pude ver su ropa interior y en ella una perfecta erección marcada.

La vez que estuve aquí no tuve la oportunidad de poner su pene en mi boca, esta vez el tenía su miembro frente a mi, así que baje el bóxer hasta obtener una mejor vista de su pené, estaba en mi cara, regrese a mirarlo a los ojos y él estaba totalmente preparado para recibir mi boca, lo tome en mis manos, duro como roca y empece a chuparlo lentamente, enseguida él puso sus manos en mi cabeza ayudándome a bajar más mientras se retorcía del placer, su rostro hacia una expresión completamente excitante, una expresión que me hacía recordar los juegos de mi hermano cuando era más pequeño.

-¡Vamos, Jamie!- solía decir -es una paleta- era tan Inocente que no sabía diferenciar entre un pene y un dulce.

Baje hasta sus grandes testículos pasando mi lengua hasta su glande, el gemía de una manera realmente maravillosa, Bill era todo un hombre de pies a cabeza, era como un Apolo follándose a su dafne, era casi poético, como un Dios griego, de cuerpo curvo perfecto y abdominales de acero, un pene con capucha y limpio, preparado para cogerme.

-Quítate la ropa- me exigió, me quite los pantalones y la playera mientras bebía de la ginebra barata que había en la mesa -¡vamos a mi cama!- siguió besándome mientras nos dirigíamos hacia su recámara, no tenía palabras para describir la lujuria que sentía por dentro -Vamos rojizo- me repetía entre gemidos de excitación y su bello rostro casi esculpido que no podía evitar mirar me sumergía entre la fantasía de tenerlo dentro de mi una vez más.

Canción:

Lana Del Rey - Is This Happiness

U L T R A V I O L E N C E  [GAY ROMANCE]Where stories live. Discover now